Concienciación, ilusión y juventud entre las cenizas que dejó el incendio de Ateca

Escolares de la zona y de otras localidades, asociaciones y particulares se suman a una iniciativa de plantación de 2.000 árboles.

Actividades prácticas de los alumnos de Ateca con agentes forestales
Actividades prácticas de los alumnos de Ateca con agentes forestales
JMACIPE

Ocho meses después de que las llamas arrasaran unas 11.000 hectáreas de 11 municipios de la zona occidental de la Comunidad de Calatayud, siguen viendo la luz varias iniciativas para concienciar y para recuperar el valor de los entornos que se vieron destruidos. Coincidiendo con el Día Internacional de los Bosques este martes, 60 escolares desde primero a sexto de Primaria del colegio Virgen de la Peana de Ateca han participado en el inicio de una actividad de plantación en la zona de Ascensión, uno de los entornos más afectados por el fuego y a escasos metros de cauce del Manubles.

Serán cerca de 2.000 ejemplares de pino, almendro y carrascas los que se irán colocando en los próximos días, con la participación de otros colegios rurales agrupados de la zona, además de centros de Calatayud e incluso de La Almunia de Doña Godina, tanto en este punto como en el término municipal de Moros. Pero además, este inicio de la actividad también ha servido para que conozcan qué se ha hecho en la zona desde julio, cómo es la flora y fauna de la zona y un taller práctico de cómo reaccionan los medios de extinción y cómo se estudian las causas de las llamas.

En esta demostración, dos agentes para la protección de la naturaleza, les han explicado el proceso de activación de un operativo, desde que un punto fijo da la voz de alarma, pasando por la movilización del retén y la intervención de medios aéreos. Todos han cogido el batefuegos y han tenido que portar la manguera, algunos con la memoria fresca de lo ocurrido en julio. "Estaba todo el cielo rojo y había mucho humo. Tuve mucho miedo", reconocía Martín Piñol, de ocho años, que apreciaba el trabajo de sus particulares profesores del día.

En el caso de Edith Peralta Fernández, también alumna de ese grupo, rememoraba que "nos tuvimos que ir a Calatayud y pasé mucho miedo". "Estaba de vacaciones, pero me han contado que hubo mucho fuego y humo", apuntaba Mateo Bultez, de 9 años. Para Paula Hernández, la agente para la protección de la naturaleza que realizaba la explicación y que fue la primera en llegar al foco del incendio en julo, "esta actividad es una forma de que les llegue la realidad de cómo trabajamos".

Asimismo, Carmen Martínez, directora del colegio y una de las docentes que ha acompañado a los niños andando desde el pueblo, valoraba que "es una manera de acercarse a su entorno y de ver la importancia de que todos arrimemos el hombro". "Para San Blas, cuando tiraron los fuegos artificiales, muchos niños tenían miedo al ver el resplandor", puntualizaba, a la vez que se emocionaba al recordar que "mis padres, que son mayores, lo pasaron muy mal hasta que los pudo coger mi hermano, porque yo al estar fuera y lejos era una angustia".

De igual forma, Mariló Val, coordinadora medioambiental del Gobierno de Aragón en las áreas de Calatayud y del Aranda, argumentaba que para los pequeños era una manera que "conociendo su entorno, lo respetarán y lo valorarán". En la actividad también han intervenido más APN y miembros del retén de Torrijo de la Cañada, que trabajan en la zona. "Se van a hacer sesiones hasta el día 1 de abril, que se dedicará a asociaciones y particulares. Entre medio vendrán colegios", añadía.

Sobre las labores en el terreno afectado por el incendio, Val explicaba que hasta el momento se ha intervenido en una parte mínima de montes de utilidad pública, con labores para minimizar la erosión, como la construcción de fajas y fajinas y la distribución de acolchado de paja. A su vez, indicaba que ya se han adjudicado los aprovechamientos de la madera quemada y que los cortes empezarán en las próximas semanas.

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