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La Guardia Civil activará un equipo de élite de Logroño para investigar el fuego de Cabañas

El trabajo de estos especialistas fue esencial para demostrar que otro suceso que costó la vida a un vecino de Chiprana en 2019 no fue accidental.

Dos miembros de la Policía Judicial de la Guardia Civil, este sábado, frente a la vivienda siniestrada.
Dos miembros de la Policía Judicial de la Guardia Civil, este sábado, frente a la vivienda siniestrada.
José Miguel Marco

La Guardia Civil no cuenta en Zaragoza con especialistas del Equipo de Investigación de Incendios (ESIN), por lo que tendrá que volver a pedir la colaboración de este grupo de élite para aclarar las causas del fuego que el pasado sábado costó la vida a un matrimonio de Cabañas de Ebro. Por proximidad, lo natural sería movilizar a los investigadores de la Comandancia de La Rioja, que no solo cubren los sucesos más importantes ocurridos en esta comunidad, sino también los de Aragón, Navarra, País Vasco y algunas provincias de Castilla y León. De la buena labor de estos profesionales se sabe bien en Zaragoza, puesto que fueron ellos quienes demostraron que el incendio que costó la vida a un vecino de Chiprana en 2019 no fue accidental sino provocado por su hijo, de 17 años.

En aquella investigación, había algo que no le cuadraba a la Policía Judicial, que decidió pedir ayuda al ESIN. Las llamas se habían originado en un sofá del salón de la vivienda familiar, que quedó completamente destrozado. Sin embargo, al despejar la estancia, los especialistas detectaron unas manchas negras más intensas en el suelo. Como concluirían después en un informe de más de 200 páginas, era allí donde se había iniciado un fuego por el que se terminó condenando a ocho años de internamiento al hijo del fallecido, menor de edad. Había rociado a su padre con alcohol.

La Comandancia de Zaragoza recordaba que fueron miembros de la Policía Judicial del cuartel de Casetas quienes se encargaron de hacer la primera inspección ocular del unifamiliar que devastaron las llamas el sábado en el número 89 de la calle de Casta Alvárez de Cabañas. Tras el traslado de los fallecidos, de 62 y 60 años, al Instituto de Medicina Legal de Aragón para practicarles la autopsia, la vivienda quedó precintada. Y no solo para preservar el escenario y evitar que se contamine hasta la llegada del equipo de élite de la Benemérita, sino también para evitar riesgos. Porque el tremendo calor que provocó el incendio hizo que se desprendiera parte del tejado y del forjado de madera entre la planta calle y el primer piso. De hecho, los Bomberos de la Diputación de Zaragoza tuvieron que apuntalar distintas zonas.

Según fuentes del instituto armado, todavía no se conoce el momento en que los funcionarios de Logroño se desplazarán a Cabañas, ya que este equipo se encarga de una treintena de casos al año. Pero confían en que sea "lo antes posible". Como hacen habitualmente, estos profesionales buscarán el origen del incendio desde la zona más externa, siguiendo su rastro –en forma de humo o calor en las paredes, el mobiliario o el resto de enseres...– hasta dar con el foco inicial. En principio, según explicó el sábado un responsable del equipo de extinción del incendio de Cabañas, los mayores destrozos se produjeron en la planta baja, por lo que todo apunta a las llamas comenzaron allí. Ahora, habrá que aclarar si el motivo fue una sobrecarga o cortocircuito eléctrico o cualquier otro.

Los cuerpos de José Sancho y Teresa Castán fueron hallados en el dormitorio, por lo que parece probable que su fallecimiento se produjera por inhalación de monóxido de carbono o ácido cianhídrico.

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