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La CHE explica que la actuación en el Grío se realizó para evitar el desvío del cauce y con permiso

La Confederación niega que se haya hecho un dragado y puntualiza que la solicitud, realizada por el Ayuntamiento de La Almunia, buscaba corregir la afección a una acequia.

Las obras se realizaron en el paraje de las Lunas, en término de Ricla.
Las obras se realizaron en el paraje de las Lunas, en término de Ricla.
La Sabina

La Confederación Hidrográfica del Ebro explica que las actuaciones realizadas en el curso del río Grío en el término de Ricla –denunciadas como "dragado" por varias asociaciones ecologistas- vienen motivadas para "evitar el desvío del cauce que afectaba a la acequia de La Almunia" y argumentan que las obras han contado con el permiso del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga).

Desde la CHE remiten a su vez a un comunicado emitido hace dos semanas por el Consistorio almuniense en el que ya se detallan las intervenciones, tanto en el propio Grío como en el Mediano, ambas solicitadas por esta administración local y ejecutadas a través de Tragsa.

En dicho escrito, el Ayuntamiento explica que en el caso concreto del Grío se ha "visto desaparecer su cauce, al estar cubierto por gravas y piedras". "Cuando se producían episodios de lluvias torrenciales, el agua del Grío se desviaba de su cauce natural y terminaba recayendo sobre la acequia Nueva".

Argumenta, que por todo ello "se corría el riesgo de que la acequia no pudiera absorber toda el agua y terminara rompiendo, lo que produciría que toda el agua llegara al casco urbano de La Almunia".

A este respecto, recuerdan que desde el año 2018 el Ayuntamiento de La Almunia solicitó repetidamente a la CHE que interviniera en la zona de las Lunas, actuación que finalmente se ha realizado estos días por la empresa pública Tragsa, consiguiendo que el Grío recuperara su cauce natural".

"Se trata de una intervención ambiciosa, que recupera cauces pero respeta la vegetación y el entorno natural de la zona", apuntaban. Al mismo tiempo recuerdan que esta localidad sufre un "riesgo de inundación por aguas torrenciales, lo que habitualmente se conoce como agua de barrancos".

También inciden en que todavía queda pendiente abordar el problema que genera el río Cariñena ya que "inunda el término municipal con una frecuencia cada vez mayor". En los últimos meses, detallan, la CHE ha dado comienzo a un proyecto que quiere reunir a todos los ayuntamientos y fincas afectadas, con el fin de reducir al máximo estas avenidas de agua.

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