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La 'condena' de la calle Fita: “Llevamos 40 años soportando las consecuencias del ocio nocturno, así no se puede vivir"

Denuncian la suciedad, las pintadas, los cristales rotos y las vomitonas que llenan sus calles.

Estado en que quedó un portal de la calle Fita hace unos días.
Estado en que quedó un portal de la calle Fita hace unos días.
Heraldo

“Llevamos 40 años soportando las consecuencias del ocio nocturno y encima ahora se suma el botellón, es insoportable vivir así. Yo no veo solución, no sabemos qué hacer”. La que habla es Manoli (nombre ficticio), vecina de la calle Bernardo Fita de Zaragoza que ha preferido no dar su nombre por miedo a ser identificada. Asegura que este es un sentir general entre los vecinos de esta vía, donde se sitúan varios locales de ocio y donde se reúne jóvenes cada fin de semana a beber en las aceras. Los vecinos lamentan que a esto hay que sumar los episodios de violencia y robos ocurridos en los últimos meses. 

“Cada vez va a peor, están de jueves a domingo y es insoportable”, asegura Manoli, que enumera los destrozos habituales en su calle: las fachadas llenas de pintadas, la acera negra “que a veces te quedas pegada al caminar”; las personas que beben en la calle “a veces juegan a tirar botellas de cristal a ver si se rompen, bailan encima de los coches o del contenedor de vidrio”. El último percance ha sido la rotura de los cristales de uno de los portales de la calle.

“A mí me parece bien que vengan y se tomen una copa en un bar, pero lo que no me parece normal es que se la beban en la calle, que sean las 2 o las 3 de la mañana y estén de cachondeo y que no te dejen vivir”, expone Manoli. Reitera que en esta calle llevan ya “40 años soportando bares y todas las consecuencias que generan” y añade que han visto pasar “todas las tribus urbanas habidas y por haber”.

Lamenta que, a pesar de llamar a la policía “constantemente” y haber denunciado “un montón de veces”, no ve que se solucione la situación y teme que “no se acabe nunca en la vida”.

“Es lamentable -expresa esta vecina- pero la única época buena es cuando estuvimos confinados porque podías abrir las ventanas”. Y es que, asegura que “aquí abrir las ventanas es un lujo y en verano es imposible hacerlo, hay que tirar de aire acondicionado por las noches”. Reivindica el “derecho al descanso” de los vecinos.

A todo esto, se suma que, según Manoli, a los jóvenes que se juntan en la calle “les da todo igual, se te plantan en la acera y no se mueven, no te dejan pasar, así que vivimos con miedo”. Resalta que también resulta “muy desagradable” salir por la mañana de casa y “encontrarte una vomitona en el portal”. Todo ello contribuye a que la zona se esté “deteriorando”.

En la misma línea se expresa Sergio, otro vecino que apunta que “se está degradando esta zona que está en uno de los mejores sitios de Zaragoza”. Explica que la calle está cubierta de pintadas: “Nos gastamos un dineral en limpiar la puerta del garaje y a los cuatro días vuelve a haber pintadas”.

Pero no es solo eso, a las pintadas y las vomitonas se suman “los cristales de botellas rotas que están por todas partes”. “Yo tengo un perro pequeño y tengo que ir con cuidado para que no se corte las patas porque todas las mañanas aparecen botellas rotas”, lamenta Sergio. Se queja de que la gente saca vasos de plástico de los bares y beben en las calles, dejando toda la basura ahí y “chillando como si no hubiera un mañana y encima, si salimos a la ventana a grabarles nos insultan”.

Este vecino, que asegura sentirse preocupado por esta situación de “gamberrismo total”, asevera que llevan así desde los años 80 “pero ahora estamos peor que nunca”. Un sentir que comparte Carlos Terrer, vicepresidente de la Asociación de Vecinos Puerta del Carmen, que lo explica así: “Antes era el griterío y ahora, el griterío y las peleas que es más grave y más molesto”.

Sergio añade que, al haberse cerrado bares en las calles aledañas, la de Fita se ha quedado “como un gueto” y se queja de que “se oye el ruido en casa incluso teniendo doble ventana con que no me quiero imaginar cómo lo pasarán los vecinos que tengan una ventana normal”.

Tanto Manoli como Sergio coinciden en señalar la “pasividad” de la policía. Aseguran que, aunque algunos grupos de jóvenes se dispersen al aparecer la policía, vuelven a reunirse una vez se han ido las patrullas. Creen que tendría que incrementarse la presencia policial y que deberían multar a todos los que beban en la calle.

Por su parte, Terrer expone que tanto en la calle Fita como en el entorno “suelen ocurrir follones sobre todo los fines de semana”. “El cambio que estamos observando es que antes los vecinos se quejaban de los ruidos, de los botellones o porque la gente gritaba en las calles. Ahora el problema es más grave, ha habido ya muertos, heridos, peleas y está desvariando bastante”. 

“Naturalmente, hemos hablado con la Policía y en las reuniones de la Junta de Distrito suele venir algún representante y lo comentamos. Ellos siempre nos aseguran que pasan a dar vuelta y nos piden que los vecinos denuncien. Ya lo hacen, pero algunos se quejan de que tardan en llegar los agentes”, expone Terrer. También opina que “tendría que haber una vigilancia más estable”.

Fuentes del Ayuntamiento de Zaragoza recuerdan que la Policía Local lleva trabajando en esa zona “intensamente desde hace mucho tiempo y de hecho se ha reforzado la vigilancia en diferentes momentos, con operativos también en colaboración con la Policía Nacional”.

Tanto los vecinos consultados como la asociación de vecinos consideran que esta calle está “saturada de bares” y creen que algunos no cumplen con la normativa. Desde el Ayuntamiento de Zaragoza recuerdan que se trabaja en ese sentido y que, de hecho, “recientemente se clausuraron varios locales de ocio de esa calle y otras cercanas por incumplir la normativa”

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