Las labores vuelven al yacimiento de Segeda después de una década
La DGA ha destinado solo 5.000 € a los reivindicados trabajos de saneamiento y restauración que se llevan a cabo este mes.
Las actuaciones arqueológicas han regresado al yacimiento de Segeda una década después de la paralización de las investigaciones y casi dos años después de que la Asociación Mara Celtibérica denunciase los desperfectos ocasionados por la erosión y la lluvia en el afamado lagar de este enclave determinante en la historia. Durante el pasado diciembre se remataron los trabajos de saneamiento y restauración sufragados por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón con una inversión que ronda los 5.000 euros.
Esta cuantía fue incluida en el presupuesto de 2021 dentro del plan de actuaciones para el mantenimiento de yacimientos, con el propósito de acometer obras de limpieza y adecuación. Así, finalmente la intervención comenzó a mitad de diciembre. "Tuvimos una reunión muy positiva con la directora general, Marisancho Menjón, y con varios técnicos en la que nos dieron el compromiso de arrancar otra vez las excavaciones", reconoce el alcalde de Mara, Javier Peiró.
Sobre la intervención en curso, el regidor asume que "es una cantidad pequeña, pero una buena noticia, porque queda clara la intención de seguir trabajando". En este sentido, también apuntó que se espera dar un nuevo impulso a las actuaciones y recordó que la localidad sigue teniendo disponible la casa cedida por la Diputación de Zaragoza para acoger a los integrantes de las posibles excavaciones.
A principios de 2020, a través de redes sociales, los socios de Mara Celtibérica dejaron constancia del mal estado del yacimiento. En el enclave se podían comprobar las mallas, telas de plástico y espuma con alto grado de deterioro. "Se pueden ver los muros originales expuestos (del lagar) y era la zona más importante y la que mejor se tapó; otras partes todavía están peor", contaba hace más de un año la presidenta de la entidad, Ana Belén Domínguez.
La relevancia de Segeda ha dejado su marchamo hasta la actualidad literalmente, ya que el calendario contemporáneo es fruto del desafío de los belos contra el Imperio Romano. En el 154 antes de Cristo, los pobladores de este enclave decidieron expandir sus murallas y Roma lo tomó como motivo de guerra. Hasta entonces, los cónsules se elegían en los Idus de marzo (el 15 de ese mes), pero ante la necesidad de ganar tiempo la designación se adelantó al 1 de enero y con ello el inicio del año político, lo que ha llegado hasta la actualidad.
