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Adiós al mítico restaurante Las Palomas de la plaza del Pilar de Zaragoza

El emblemático local del centro de la ciudad cerró sus puertas el pasado mes de marzo de 2020. Hoy, un año y ocho meses después, se convierte en una nueva víctima de la pandemia.

Fachada del restaurante Las Palomas en la plaza del Pilar.
Fachada del restaurante Las Palomas en la plaza del Pilar.
Toni Galán

¿Qué zaragozano no ha degustado en alguna ocasión el conocido menú de tapas del restaurante Las Palomas? ¿Quién no recuerda la pegadiza melodía de sus comerciales que sonaba en algunas emisoras? ¿Acaso no le suena el lema ‘En la variedad está el gusto’ o la llamativa fuente de chocolate caliente que ofrecían en el espacio destinado a sus postres?

Han pasado más de 20 años desde la apertura del conocido establecimiento aragonés que logró revolucionar el concepto de las tapas en la ciudad y, en todo este tiempo, son miles los aragoneses y turistas que han tenido la oportunidad de degustar su variada oferta de tapas y raciones de cocina mediterránea y, sobre todo, aragonesa. Eso sí, siempre casera.

Ubicado en un lugar privilegiado como es el 14-16 de la plaza del Pilar de la capital aragonesa, en el año 2000 abría sus puertas el conocido establecimiento regentado por la tercera generación de la familia Vaquer Flor de Lis. Fue a partir del año 2002 cuando se puso en marcha su conocido buffet de mediodía y, tan solo un año más tarde, el 'Gran buffet de las tapas' también en horario nocturno.

Un espacio que, con el paso del tiempo, se convirtió en lugar de encuentro de locales y turistas, así como en el escenario de todo tipo de celebraciones con bodas, bautizos y comuniones, cumpleaños y cenas de trabajo o de fin de curso. En sus mesas se podían encontrar desde platos fríos -como ensaladas, una amplia variedad de embutidos o encurtidos entre los que destacaban los productos de Aragón-, así como todo tipo de platos calientes -entre los que había desde croquetas o paella de marisco, hasta fideuá marinera, el guiso del día, migas a la zaragozana o asado de Aragón al horno-.

¿Otro hecho identificativo de Las Palomas? Sus precios populares que oscilaban entre los 9 y los 30 euros por persona. Sin embargo, el pasado mes de marzo de 2020, con la llegada de la pandemia, sus gestores se vieron obligados a echar el cierre como ocurrió con tantos y tantos establecimientos del mundo entero. En este caso, éste ha sido definitivo. Una decisión que, como explican fuentes del grupo “ha sido verdaderamente dura”. ¿El motivo principal? El precio del alquiler del local en el que se ubica y los meses de cierre sumados a las numerosas restricciones.

"El modelo que ofrecíamos en este local era completamente contrario a las restricciones que han ido llegando"

“La pandemia ha cambiado nuestra manera de consumir y el modelo que ofrecíamos en este local era completamente contrario a las restricciones que han ido llegando”, admiten. Un local pensado, por un lado, para grandes grupos; por otro, para buena parte de los turistas que recalaban en el centro de la capital aragonesa y, finalmente, un concepto en el que compartir y juntarse formaba parte de la experiencia gastronómica. “Hemos intentado darle una vuelta y reinventarnos, pero las circunstancias de mercado, del momento actual y todos estos cambios, lo han imposibilitado”, admiten.

¿Volverán?

A pesar de que la noticia no resulta halagüeña, desde el grupo aseguran que no descartan un regreso de Las Palomas, eso sí, con un nuevo concepto más acorde con la nueva normalidad marcada por la pandemia. “Hemos estado más de un año y medio esperando y no ha podido ser, pero siempre hemos optado por la reinvención para salir adelante”, admiten. Algo que ya vivieron con el antiguo restaurante Piazza, hoy reconvertido en Tajo Bajo, también en la plaza del Pilar de Zaragoza. “Seguimos trabajando en nuevos proyectos exitosos como lo han sido Las Palomas y queremos agradecer a nuestros clientes y trabajadores el apoyo durante tantos años”, afirman desde el grupo.

Además de Tajo Bajo, Grupo Vaquer gestiona otros locales en la ciudad como son La Flor de Lis o la cafetería Santiago, sin olvidar su proyecto de cocina efímera bajo el nombre de Bonita Celia. También son dueños de otro restaurante de referencia en la provincia, ‘El Español’, en el término municipal de Bujaraloz.

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