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Un año y nueve meses sin noticias del homicida de la carretera de Paracuellos

La Guardia Civil continúa las pesquisas para dar con al conductor que atropelló y causó la muerte de un hombre.

Los amigos de la víctima depositaron este ramo de flores en el lugar donde se halló su cadáver.
Los amigos de la víctima depositaron este ramo de flores en el lugar donde se halló su cadáver.
Macipe

Georgel P., vecino de Paracuellos de Jiloca, de 52 años y nacionalidad rumana, falleció en el arcén de la N-234 en la madrugada del 19 de enero de 2020 tras ser arrollado por un vehículo. Desde entonces, nada se ha sabido del autor del atropello mortal que acabó con su vida, cuando regresaba de una cena con amigos en Calatayud.

Durante todo este tiempo, más de un año y nueve meses, la Guardia Civil ha seguido trabajando en la investigación y está a la espera de nuevos resultados de los informes periciales. El comandante de Tráfico de Zaragoza Raúl Castillo explica que la línea principal sigue siendo el siniestro por imprudencia, aunque no se descarta «ninguna hipótesis y todas están abiertas», en referencia a la posibilidad de que haya otra causa.

«Estos delitos –el siniestro por imprudencia– tienen una mayor complejidad, porque no hay, aparentemente, un vínculo directo entre víctima y autor», detalla. En estos momentos, se hallan a la espera de los resultados de varios informes que les puedan ayudar a desencallar el caso. Insiste en que no se «ha olvidado» y descarta que esté en «vía muerta». «No es irresoluble, pero sí que técnicamente es más arduo y nos pone a todos a prueba», comenta.

Dado el tiempo transcurrido desde entonces, Castillo subraya que es el caso «de mayor importancia y orden de prioridad» en el que está implicada el área que él coordina. Solo se solapó en el tiempo con el que ocurrió en Luceni y que ya se resolvió. Se saldó con tres detenidos por la muerte del concejal José Soria y con el descubrimiento del coche implicado en las aguas del Ebro cerca de Alagón. «Allí se contaba con fuentes primarias y fue más rápido», reconoce. En el caso todavía por resolver, el responsable del instituto armado apunta que «al ser de madrugada» no hay testigos presenciales, lo que «dificulta» todavía más la investigación.

Ante este escenario, se recurrió a lo que se denomina fuentes secundarias que implican «una mayor dificultad pericial». En la zona apenas hay cámaras de seguridad, aunque sí se recurrió a la base de datos de vehículos que pudieran encajar con las pocas pistas que quedaron en el lugar de los hechos. «Se hizo una inspección ocular, se recogieron indicios y pruebas, todo vestigio que pudiera ayudar para determinar el tipo de vehículo implicado», apunta. «También se han analizado el informe forense del Instituto de Medicina Legal, los de criminalística, muestras de sangre y ADN…», enumera. Se hizo hasta una reconstrucción, pero el caso sigue abierto.

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