El alcalde perdió la última oportunidad. Ayer reunió a los portavoces después de notificarles por carta que los descabalgaba de las sociedades municipales. Pero no rectificó. Santisteve considera que, como el dedazo es legal, allá quien se moleste por tomar el control de lo que en otros ayuntamientos es un hecho. Pero el primer edil se olvida de un pequeño detalle: quienes llegaron al Consistorio supuestamente para regenerar la vida política han terminado por actuar de una manera insólita, acumulando todos aquellos déficits democráticos que ellos mismos criticaron. ¿Con qué autoridad puede dirigirse ahora el alcalde al resto de los partidos para reclamar diálogo y negociación? Santisteve va a salvar los presupuestos porque el PSOE y CHA no quieren abrir una crisis abisal en el Gobierno de Aragón, a la espera de aprobar los suyos. Pero el ciudadano puede preguntarse abiertamente si un alcalde que rompe a mitad de legislatura las reglas de juego no sería merecedor de una moción de censura. Los vasos comunicantes van a salvar a Santisteve. Los vasos y una ley aprobada en las Cortes de la que nadie ha dicho aún que vaya a recurrir.