"Agarró una copa de tipo balón y a una gran velocidad me la estampó en la cara"

La víctima de una grave agresión que le hizo estallar el globo ocular afirma que el acusado le golpeó con un vaso, mientras él mantiene que fueron tres puñetazos.

Mikel Muñoz, durante la vista oral celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Mikel Muñoz, durante la vista oral celebrada ayer en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

"No es de recibo que alguien salga a divertirse y sea atacado de esta forma tan salvaje". El fiscal calificó ayer la agresión cometida por Mikel Muñoz Jiménez de "extraordinariamente grave" y dijo no tener "ningún tipo de justificación". Por esa razón, a la hora de exponer sus conclusiones definitivas decidió elevar de 9 a 11 años de prisión la pena que solicita para el acusado por un delito de lesiones con la agravante de alevosía, adhiriéndose de esta forma a la acusación particular.

El cambio se produjo después de escuchar a la víctima de la agresión y a testigos de la misma contar cómo, de una manera gratuita e inopinada, sin mediar discusión alguna, le golpeó con una copa de balón en la cara, lo que le produjo el estallido del globo ocular. Desde entonces, al herido, José Carlos de la F., le ha cambiado la vida por completo.

Sin embargo, el acusado, que dijo estar "muy arrepentido" de lo que hizo, reiteró al tribunal que asume la consecuencia de sus actos pero que, como ha mantenido desde el primer momento, le golpeó solo con las manos y que nunca pensó en causarle esa lesión. Justificó que se acercó a la víctima porque estaba teniendo un incidente con un amigo suyo. "Fui a separar, me dio un manotazo y yo le di un puñetazo", dijo. Su abogado José Cabrejas defiende que su cliente cometió un delito de lesiones básico en concurso con otro de lesiones por imprudencia con la atenuante de confesión, puesto que se presentó en la Policía cuando sabía que le buscaban sin saber aún el resultado de su acción. Por eso, pide una condena de seis meses de cárcel y una indemnización de 30.000 euros.

La víctima relató que sobre las 2.00 de la madrugada del 12 al 13 de septiembre de 2016 salió de su casa para comprar tabaco en un cercano pub de la calle de Pano y Ruata, a cuyo dueño conoce, y entabló conversación con una mujer, enfermera de profesión, también conocida del propietario. Tras hablar de tangos y baile e incluso de participar en una película que iba a rodar, asegura que le propuso irse con él para enseñarle su escuela y decidieron salir del bar. "En ese momento se me acercó el acusado con otros, a los que yo no había mirado en toda la noche, y me dijo: “Nosotros también vamos”. Yo le contesté, no, no; yo me voy y ella viene si quiere sin compromiso. Entonces, agarró una copa tipo balón y a una gran velocidad me la estalló en la cara". José Carlos F. añadió que estaba "completamente seguro" de que fue así y que incluso cuando se fue al baño a mirarse qué le había hecho –"sabía que era algo gordo"– acompañado por la enfermera, que trató de ayudarle, volvió a entrar Mikel Muñoz, lo sacó y le volvió a pegar en la cara. "Vino una ambulancia, me llevaron al Servet y me operaron inmediatamente", añadió.

Graves consecuencias

La víctima añadió que aquella agresión le ha causado daños físicos y morales. "Yo me dedicaba al baile –era profesor de tango en su academia Milonga del Arrabal– y ahora no puedo. Era escritor, con más de cien libros publicados, y también pintor y tampoco puedo seguir haciéndolo. No salgo de casa solo porque no veo. Emocionalmente me ha destrozado", declaró.

El tribunal de la Sección Primera tiene la difícil tarea de decidir si, como aseguran los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de Aragón, Marisa Tomás y Paulino Querol, el estallido del globo ocular se produjo por un golpe con un objeto "contundente", como un vaso, o se puede causar con el puño de una mano, como defienden los especialistas propuestos por la defensa, Jorge Pérez y María Esther Núñez.

El problema surge porque la víctima no presenta cortes en los párpados, pómulos o nariz, lo que para la defensa es incompatible con la rotura de una copa en la cara. "Si no hay vaso no hay previsión del resultado. Mikel Muñoz No se pudo representar como posible el estallido del ojo", expuso. Por lo tanto, a su juicio cometió un delito de lesiones pero con un resultado que no quería.

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