Las campanas de Sádaba, al taller
Muchos vecinos presenciaron ayer los trabajos para bajar con ayuda de una grúa las seis campanas de la iglesia de la Asunción para su próxima restauración.
Antes, las campanas anunciaban si era fiesta, si había un difunto o si se iba a celebrar la misa. Los que vivimos lejos de la plaza no nos enteramos ahora". Alejandro Asín recordaba ayer cuando se encargaba de bandear la mayor de ellas. Con él coincidieron muchos de los vecinos de Sádaba que no perdieron detalle del trabajo de la grúa para bajar las seis campanas desde los 42 metros de la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Una tarea que se alargó toda la mañana.
María Pilar Calvo señaló contenta que "son de las que habían sonado divinamente así que tenemos muchas ganas de recuperarlas". Evocó la caída del badajo de una de ellas "hasta el callejón cuando se bandeaban en fiestas sin que nadie resultara herido".
Las campanas de la torre dejaron de tocar, salvo la más pequeña, cuando se realizaron los últimos trabajos de restauración, hace casi año y medio. El equipo, dirigido por Joaquín Soro y Eugenia Pérez de Mezquía, recomendó la supresión del toque de las campanas para evitar las vibraciones a la piedra. La empresa Campanas Pallás se encargará de la limpieza y restauración de las piezas pero también de colocarles unos yugos de madera y de renovar el sistema de electrificación. "La reforma estará lista en dos meses y hará que puedan volver a sonar con seguridad", destacó el responsable de la empresa, Alfredo Pallás.
La parroquia y la Cofradía del Santo Cristo asumirán la factura, que alcanza los 24.000 euros. "Estábamos renovando el sistema de iluminación de la iglesia pero decidimos priorizar la reparación de las campanas. Ahora, con el nuevo motor de electrificación con sistema de impulso y los yugos de madera, se absorben las vibraciones", dijo el párroco, Eduardo Jaca.
Las campanas están dedicadas a Santa María la de mayor tamaño, y las otras cinco restantes, a las beatas Bárbara, Margarita, Ágata, Quiteria y Úrsula. La última restauración se realizó en 1972 cuando dos de ellas se refundieron. Hay una de 1800 y la más antigua es de 1500, gótica como la iglesia consagrada en 1549.
También el alcalde, Santos Navarro, siguió de cerca los trabajos: "La idea es que se traigan en julio y tenerlas expuestas para que todos los vecinos puedan verlas de cerca antes de colocarlas para que en las fiestas puedan bandearse como antes", decía. Ya se han iniciado conversaciones con la DGA para establecer un protocolo y "poder acometer la restauración íntegra de la torre de manera de podamos estar tranquilos por mucho tiempo".
