Los ciclistas urgen a que se apruebe un nuevo reglamento para la bici y la DGT admite que el actual está "obsoleto"

Las ciudades piden normas claras y calles seguras para extender el uso del medio "más eficiente y eficaz". Teresa Artigas admite que los fallos judiciales sobre la circulación por zonas peatonales crearon "gran confusión".

El alcalde, Pedro Santisteve (en el centro), encabeza la marcha de autoridades y organizadores del Ayuntamiento al Paraninfo.
Los ciclistas urgen a que se apruebe un nuevo reglamento para la bici y la DGT admite que el actual está "obsoleto"
Raquel Labodía

El Paraninfo de la Universidad de Zaragoza se convirtió ayer en el epicentro del movimiento ciclista, y el mensaje que salió fue unánime: "El reglamento de Tráfico debe reformarse". Hasta el representante de la DGT –entidad encargada de ejecutar los cambios normativos– admitió que el actual documento está "obsoleto", y que el nuevo "debe reconocer a las bicicletas como un vehículo más". El objetivo último es que las nuevas normas favorezcan el uso de estos vehículos en las ciudades, pero también que se garantice que se puede hacer con unas mínimas condiciones de seguridad.

El debate sobre la normativa copó la atención de la primera sesión de ‘La ciudad de las bicis’, el congreso que reúne desde ayer y hasta el sábado a ayuntamientos, colectivos, entidades, urbanistas y demás personas vinculadas con el mundo de la bicicleta. Las reflexiones sobre cómo debe regularse la circulación ciclista en las ciudades se lanzaron ayer en la urbe que ha vivido, probablemente, la mayor polémica al respecto, después de que varias decisiones judiciales hayan vetado a estos vehículos en las aceras, primero, y en las calles semipeatonales después –aunque esta última sentencia aún no sea firme–.

La concejala de Movilidad del Ayuntamiento de Zaragoza, Teresa Artigas, admitió su sensación"agridulce" por poder acoger el congreso en "la ciudad a la que le ha pasado lo que nadie desea que le ocurra". Admitió que los continuos cambios crearon "una confusión enorme", lo que provocó "una disminución del uso de la bicicleta". También reconoció que actualmente hay "un vacío legal" sobre la circulación por las calles semipeatonales o de tráfico restringido –como las del barrio de San Pablo–. Y recalcó la "necesidad imperiosa" de que la DGT reforme el reglamento "este año", ya que clarificaría la situación no solo en Zaragoza, sino también en el resto de ciudades.

José Antonio Mérida, jefe provincial de tráfico en Zaragoza, recogió el guante. Dijo que en la DGT son conscientes de que "el marco normativo actual está totalmente obsoleto", por lo que las ordenanzas municipales se topan con "un corsé importante". "Hay que contemplar la bicicleta como un vehículo más, que debe ir por la calzada salvo si hay carril bici, protegiéndola con calles 30. Y en las zonas peatonales, deben decidir los ayuntamientos si van o no van", dijo Mérida.

Antonio Poveda, presidente de la Red de Ciudades por la Bicicleta, que representa a más de 400 urbes españolas, exigió que ese reglamento se apruebe "este año", ya que urge que la bicicleta "sea un modo de transporte con pleno derecho" y el actual "está desfasado". Mientras tanto, pidió "sentido común" en la aplicación de las normas. Por ejemplo, admitió que "hay un conflicto con el peatón" y que, por tanto, "no hay que quitar espacio a las aceras", pero dijo que "no tiene sentido que una niña tenga que desmontarse cuando va por la acera mientras un coche puede pasar por ella saliendo de un parquin".

La visión casi unánime fue que las aceras son para los peatones, pero que para que los ciclistas las abandonen hay que adecuar las calzadas en condiciones de seguridad y lograr que las ciudades sean "cien por cien ciclables", como dijo Poveda. El alcalde socialista de Sant Joan Despí concluyó que "no hay modo más eficaz y eficiente que la bici para trayectos de tres o cinco kilómetros".

Eliminar tráfico privado

Por su parte, Francisco Bastida, catedrático de Derecho Constitucional y portavoz de Ciclojuristas, dijo que las ciudades tienen mecanismos, aun con el actual reglamento, para favorecer la movilidad ciclista por lo que pidió que "asuman su responsabilidad" y "no echen siempre la culpa a la normativa estatal". Se mostró en contra de las aceras bici y propuso eliminar aparcamientos en las calles para ganar espacio a los carriles bici y para que tenga un "efecto disuasorio" para el tráfico privado.

Por último, Mercedes Vidal, concejala de Movilidad de Barcelona, insistió en la necesidad de reducir el uso del coche: "En Barcelona el tráfico privado ocupa el 60% o el 70% del espacio público, cuando solo supone el 24% de los desplazamientos". Además, destacó que los trayectos en bici aumentan a un ritmo anual del 14%.

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