"La churrería es mi vida, era abrir o tener que pedir para comer"

Decenas de personas se concentraron ayer para mostrar su apoyo a la propietaria de
este establecimiento, que tiene una orden municipal de clausura.

Los vecinos se concentraron delante de la churrería de Concha, situada al fondo, en el centro, bajo el cartel.
"La churrería es mi vida, era abrir o tener que pedir para comer"
aránzazu navarro

Con lágrimas en los ojos y muy emocionada, Concha Guisado agradecía ayer el apoyo de las decenas de vecinos que acudieron a la concentración organizada contra el cierre de su churrería, ubicada en la calle de Huesca en Casetas desde hace más de tres décadas. A sus 70 años, estas últimas semanas se han convertido seguramente en las peores de su vida: el Ayuntamiento de Zaragoza le comunicó la clausura de su establecimiento por carecer de la preceptiva licencia que autorice el ejercicio de la actividad desarrollada en suelo público. Desde entonces, vecinos, amigos y clientes se han movilizado para impedir lo que consideran una "auténtica injusticia".


Abrumada por tantas muestras de cariño, Concha reconocía lo mucho que tenía que agradecer a este barrio rural que ha convertido en su hogar desde que se instaló con su marido. "He pasado mucho. Me quedé sola y he tenido que sacar adelante a mis hijos. Mi marido era el que sabía hacer churros y siempre me decía que aprendiera... Y mira ahora. Es mi vida", aseguraba esta mujer, que ha convertido este oficio en su principal fuente de ingresos. "Sabía que si abría la churrería sin permiso me arriesgaba a que me cerraran, pero era eso o tener que pedir para comer. Hay fines de semana que tengo que abrir a las cinco de la mañana", admitía Concha, que siempre ha tenido los permisos para trabajar de septiembre a mayo, salvo este año en el que asegura que se lo dieron de palabra.


Vecinos y familiares, que dedicaron a la churrera vítores y aplausos durante la concentración, destacaron la amabilidad, la bondad y el cariño que siempre ha transmitido Concha desde detrás de su mostrador. "Siempre tiene una sonrisa. Ayer ­–por el sábado– me llevé churros, no tenía dinero y me dijo que se lo diera hoy –por ayer– . Estamos aquí porque se lo merece", aseguró Isidoro Sánchez, vecino de Casetas. Unas palabras de apoyo que compartieron otros de los presentes, que lamentaron que la administración siempre reclame "a los que menos tienen".


"Encima se lo quieren quitar", denunciaron Monserrat y Agustín, otros de los asistentes a la concentración. Al cierre de esta edición, a través de la plataforma Change.org, ya se habían superado las 4.800 firmas.

Compromiso municipal

La presidenta de la Asociación de Vecinos, Isabel Vaquero, se dirigió a los presentes para agradecer el apoyo y reconocer que el problema parecía estar en vías de solución. "Tenemos que conservar lo poco que tenemos", defendió la representante vecinal. El Ayuntamiento de Zaragoza ha anunciado que intentarán atender la "situación especial" de Concha y hasta que se regularice la concesión por medio de un concurso público, fuentes de Servicios Públicos aseguraron que "lo más probable es que se lleve a una cesión del suelo en precario para que ella pueda seguir abriendo".


Un hecho que confirmaron ayer el alcalde de Casetas, José Luis Román (PSOE), y la vocal de Zaragoza en Común en la junta vecinal de Casetas, Carmen Izquierdo, que asistieron a la protesta y explicaron que en el próximo pleno se va tratar el asunto de Concha. Se va a presentar una moción para pedir la cesión del terreno y para que se tenga en cuenta la peculiaridad de los barrios rurales en cuestiones como esta.

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