San Nicolás se acerca a Zaragoza cargado de regalos

Los holandeses que viven en Zaragoza mantienen la tradición de esta fiesta desde hace diez años.
San Nicolás se acerca a Zaragoza cargado de regalos
Alejandro Toquero

En Zaragoza viven alrededor de 60 holandeses, la mayoría emparejados con aragoneses y aragonesas. Para ellos, el 5 de diciembre es una fecha especialmente marcada en el calendario. Ese día San Nicolás dejó sus regalos en el norte de Europa después de un largo viaje desde España y ayer, a su regreso, la comunidad holandesa de Zaragoza lo recibió con los brazos abiertos y una gran fiesta de bienvenida.


El presidente del Club de los Buenos Holandeses de Zaragoza, Menno Overvelde, reconocía “cierto retraso en su vuelta, pero por fin ha regresado para entregar los regalos a cada niño”. La cita con San Nicolás fue en el barrio rural de San Gregorio. La ubicación suele cambiar todos los años, y para esta edición se eligió el amplio comedor del restaurante Artigas, donde se disfrutó del espíritu de esta tradición en su décimo aniversario.


Poco antes de comer, sin previo aviso, uno de los pequeños adivinó la silueta de la mitra del santo a través de uno de los ventanales, lo que provocó un gran revuelo. San Nicolás llegó andando, entró en el local y no paró de saludar y de hacerse fotos con las 50 personas que acudieron a su encuentro.


Cuando el ambiente se calmó, el santo se acomodó para descansar un rato de su largo viaje de regreso y empezó a repartir los regalos entre los más pequeños con un poema personalizado para cada uno. La leyenda también dice que los que se han portado mal tienen castigo: San Nicolás se los lleva en sus sacos, de regreso, después del largo viaje por el Mar del Norte. Este año han debido portarse muy bien porque tras la comida no se echó en falta a ningún pequeño.


“Ver tan felices a los niños es lo más bonito, que no se pierdan estas tradiciones aunque estemos fuera de Holanda; para nosotros, esta festividad es más importante que Papá Noel”, comentaba Alexander Rol, médico especialista en cirugía vascular, que lleva 22 años en Zaragoza. La misma impresión tenía la vicepresidenta de la asociación, Celina Hulshof, encantada de que las nuevas generaciones se apunten a esta cita.


Tras la entrega de los regalos llegó la comida: una paella muy española, aunque eso sí, durante el postre se degustaron ´pepernoten` –galletas de clavo, pimienta y nuez moscada– y letras de chocolate, dos clásicos de esta celebración.


La sobremesa fue larga y a ella se sumó el pívot holandés de Tecnyconta, Henk Norel, tras finalizar el entrenamiento con el equipo, acompañado de su pareja Geke y de sus dos hijos, Roos y Willem. También había anunciado su deseo de asistir la jugadora de baloncesto Natalie van den Adel, pero finalmente no pudo participar por un compromiso.

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