Un nuevo atropello reabre el debate sobre los carriles bici que cruzan las paradas del bus

Una mujer de 71 años resultó herida leve al ser arrollada cuando bajaba del bus en el Camino de las Torres.

Parada de Camino de las Torres donde ayer se produjo el accidente.
Un nuevo atropello reabre el debate sobre los carriles bici que cruzan las paradas del bus
Guillermo Mestre

No fue el primer atropello de estas características y, seguramente, no será el último. Una mujer de 71 años resultó ayer herida leve al ser arrollada por una bicicleta cuando bajaba de un autobús urbano en Camino de las Torres. El conductor de la bicicleta, de 36 años, circulaba por el carril bici de esta calle, que en algunos puntos cruza justo por en medio de la parada del bus, una solución de diseño de movilidad que es habitual en Zaragoza y que ha generado no pocos conflictos entre peatones y ciclistas.


Fue precisamente en esas paradas de Camino de las Torres donde hace ya siete años se alertó por primera vez de los problemas que podía generar el hacer pasar el carril bici por las marquesinas del autobús. Lo hicieron los propios conductores de Auzsa, que sugirieron que el carril bici fuera por detrás de las marquesinas. Pese a ello, el diseño se generalizó y se extendió a otros carriles bici como el de la avenida de Goya, el Coso o, más recientemente, el paseo de la Constitución.


Fuentes del servicio de Movilidad señalaron ayer que cuando se construye una vía ciclista "se evalúa cuál es la situación más adecuada", y apuntaron que "todas tienen sus ventajas y sus inconvenientes". Aunque admitieron que estos carriles bici "pueden dar algún problema", señalaron que "no son un foco de conflicto especialmente importante". No obstante, señalaron que la tendencia actual, siempre que se puede, es colocar los carriles bici en el lado de la izquierda de la calzada en lugar de la derecha, precisamente para no interferir con los autobuses. Es el caso de la calle Rioja o del eje del paseo de Calanda y Franco y López.


En los carriles bici que cruzan las paradas de autobús, el diseño de los trazados incluye pasos elevados que tratan de alertar a los ciclistas, así como pintadas de ceda al paso en el suelo y advertencias de "mire bici" para los peatones. Pero en ocasiones resulta insuficiente.


Desde el colectivo Pedalea, Pedro Ruiz expone que el peligro es mayor cuando el carril bici es unidireccional. Cuando son bidireccionales, al ser más anchos, dan un mayor margen de maniobra al ciclista y más tiempo de reacción al peatón que abandona el medio de transporte público. De todas formas, insiste en que los ciclistas deberían parar en esos tramos siempre que haya un autobús en la parada. Como solución, propone la implantada en Tenor Fleta: "En ese caso, el carril bici gira para pasar por detrás de la parada del autobús". "Al hacer ese pequeño giro, los ciclistas tienen que frenar y además nunca coinciden directamente con la aglomeración de subida y bajada del autobús", explica.


Por su parte, Fernando Navarro, de la asociación Acera Peatonal, coincide en el peligro que generan las paradas de autobús sobre el carril bici. Pide más barreras físicas que obliguen a limitar la velocidad de los ciclistas en esas zonas: "Que pongan rugosidades en el suelo en el tramo del carril que coincide con la parada del autobús u otras medidas más efectivas que obliguen a reducir la velocidad". Respecto a la propuesta de extender la solución implantada en Tenor Fleta a otras marquesinas de la ciudad, Navarro se muestra tajante y califica de "barbaridad" la posibilidad de desviar el carril bici por detrás de las paradas de autobús, porque implica "meter el carril bici en la acera".

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