Casi la mitad del abastecimiento en julio procedía de Yesa

Estado de las obras del recrecimiento de Yesa, el pasado mes de julio.
Estado de las obras del recrecimiento de Yesa, el pasado mes de julio.
Envuelo

Las mediciones y combinaciones diarias que realiza el servicio del Ciclo Integral del Agua posibilitaron que el pasado mes de julio se cerrara con un 47% de agua procedente de Yesa, una cifra similar a la de otros años como 2014 o 2013, pero muy superior al exiguo 32% de 2015. Fuentes municipales apuntan que el estiaje y la variabilidad de caudales en la cuenca del Ebro, desde el Pirineo hasta el propio río, provocan picos como el de hace 12 meses. En total, en julio de este año se consumieron 5,25 millones de hectómetros cúbicos.


Lo cierto es que ese 32% se asemeja más al porcentaje anual medio del 35% de agua de Yesa que al actual 47%, pero desde el Ayuntamiento insisten en el objetivo de que el agua procedente del Pirineo se equilibre lo más posible con la del Canal sin que ello la encarezca, pues el objetivo es mantener intacto o tocar lo menos posible el recibo.


Además, y debido al menor caudal en el Ebro en verano, estas mismas fuentes señalan que lo normal es que en los meses de verano se introduzca más agua de Yesa que en otras épocas.


Una mayor cantidad de suministro directo del Pirineo provoca que bajen los índices de dureza (calcio y magnesio), de conductividad (presencia de sales), de sulfato (una de ellas) o de trihalometanos (compuestos químicos volátiles que se generan durante la potabilización). Los últimos análisis del Instituto Municipal de Salud Pública, correspondientes al mes de junio de 2016 (sin facilitar la cantidad de agua de Yesa que se mezcló con la del Canal), señalan que se cumplen todos parámetros, según fuentes municipales. Son datos muy parecidos a los de junio de 2015, pero varían de forma ostensible con respecto a solo un mes antes, mayo de este año.


En el caso de la dureza, que se mide en miligramos de carbonato cálcico por litro, el último dato disponible señala 308, lo que da idea de la importante cantidad de agua del Canal; en cuanto a la conductividad, los 897 microsiemens están lejos del máximo (2.500) pero también se aproximan a cifras que solía dar el agua del Canal; el sulfato estaba en 155 mg/l (con un máximo recomendado de 250) y los trihalometanos, en 57 microgramos por litro (casi la mitad que el límite de 100, pero algo superior a los 50 de junio de 2015 o a los 39 de mayo de este año).

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