Condenado a 3 años de cárcel por vender cocinas que sabía que no iba a montar

La Audiencia cifra en más de 221.000 € el dinero que se quedó de los clientes o dejó de pagar a gremios y proveedores.

El acusado, en los pasillos de la Audiencia, el pasado 18 de abril.
El acusado, en los pasillos de la Audiencia, el pasado 18 de abril.
Marco

La Audiencia de Zaragoza acaba de condenar a tres años de prisión al propietario de una tienda de cocinas de Puerto Venecia por estafar a un buen número de clientes, a los que vendió muebles y cobró anticipos cuando sabía que sería imposible servirles los pedidos. Pero no fueron ellos los únicos perjudicados, ya que Sergio Boned González, propietario de Adecuaciones, Decoración, Estudios de Construcción y Arquitectura (Adecua), también dejó de pagar a los gremios y proveedores con los que habitualmente trabajaba. El tribunal calcula que la ilícita forma de proceder del acusado causó un daño económico valorado en 221.000 euros, cantidad con la que ahora tendrá que indemnizar a una larga lista de denunciantes.


La sentencia recuerda que la tienda de cocinas de Puerto Venecia empezó a funcionar en la primavera de 2011 y que su dueño firmó un contrato de exclusividad con la marca Schmidt, por el que solo él podía suministrar estos muebles enZaragoza. La propietaria de la mencionada marca, Salm S. A., también fue acusada como responsable civil subsidiaria.De hecho, la Audiencia Provincial le ha condenado a indemnizar a algunos de los clientes a los que no se suministraron las cocinas compradas.


Los magistrados entienden que el negocio de cocinas funcionó "de forma razonable" hasta agosto de 2013, cuando, "acuciado por las necesidades económicas", el acusado empezó a actuar "con absoluto desprecio a las normas del buen gobierno". La situación se agravó en octubre de aquel año, cuando la empresa que le facilitaba el mobiliario advirtió a Sergio Boned que dejaría de hacerlo si no le pagaba por anticipado.


"Aun sabiendo que no le serían suministrados por Salm los pedidos de cocinas que le encargaban los clientes, pues no se los iba a pagar de forma anticipada, (el acusado) siguió captando compradores de cocinas", explica el tribunal, que es precisamente en esta forma de proceder donde aprecia engaño suficiente para condenarle por un delito mixto de estafa y apropiación indebida.


Recuerda la Sección Sexta de la Audiencia de Zaragoza en su sentencia que el vendedor de las cocinas cobraba a través del Banco Cetelem los pedidos que hacían muchos de los clientes, ya que estos financiaban sus compras mediante créditos de consumo. Es decir, el acusado ingresaba el importe de la venta antes de servir el pedido.


Cuando Cetelem se dio cuenta del engaño canceló los créditos, pero para entonces ya se le había generado un ‘agujero’ contable de 163.383 euros, dinero que el condenado deberá devolver ahora a la entidad bancaria.

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