"Los animales están cuidados, son parte de la familia del Circo"

Con la investidura de Pedro Santisteve se abre la posibilidad de que estos espectáculos desaparezcan de la agenda de ocio zaragozana.

Circo Coliseo.
Circo Coliseo.
Luis Ángel Tejedor

Zaragoza en Común, formación política encabezada por Pedro Santisteve que ha conseguido hacerse con el gobierno municipal, lleva en su programa electoral colaborativo un apartado donde refleja su intención de “rechazar los espectáculos que atenten contra los derechos de los animales”. Concretamente el grupo manifiesta su voluntad de “garantizar que Zaragoza sea de forma efectiva un municipio libre de circos con animales”.


Esta propuesta ya sobrevoló la legislación municipal el verano del pasado año, cuando el Consistorio aprobó una nueva ordenanza municipal de protección animal, de la que finalmente se cayó la prohibición de que Zaragoza acogiera circos con animales salvajes.


El gerente del Circo Wonderland, Enrico Macaggi valora “mal” este punto del programa de Zaragoza en Común: “somos un colectivo débil”. En opinión de Macaggi, no debe prohibirse la presencia de animales en los circos, aunque sí cree que “hay que regularlos”.


Este artista circense forma parte de una familia con cuatro generaciones y más de 40 años bajo las lonas que asegura que del casi centenar de personas que trabajan en el Circo Wonderland, la mitad perdería su trabajo si esta prohibición se hiciera efectiva en las diferentes ciudades españolas.


El maltrato en los circos, dice, es cosa del pasado y actualmente no existe: “Todos queremos a nuestros animales”.  Además, apunta que aunque no les permitieran su uso “no los donaríamos a los zoológicos, no veríamos a nuestros animales en otro lugar que no sea nuestro circo”.


“Muchísimas veces hemos pedido el motivo para prohibirlo y en la mayoría de los casos aducen maltrato y tortura”, cuenta Macaggi, quien se defiende asegurando que “no hay peor maltrato que el de los toros” y considera que no se les veda porque “traen mucho dinero y son muy fuertes”.


En el Circo Wonderland, la empresa de este tipo de espectáculos más antigua de España y de origen valenciano, nunca han tenido problemas con sus animales ni han recibido quejas del público. En alguna ocasión “algún caballo o llama ha salido a dar un paseo”, confiesan, anécdota que jamás ha ocurrido con un felino.


“Hemos probado a actuar sin animales y nos ha ido muy mal, ¡la gente quiere ver un circo con animales!”, sentencia este gerente circense.


“No están esclavizados, están cuidados y son parte de la familia del circo”. Así de tajante se muestra Ramón Sacristán, director gerente del Gran Circo Holiday. “No es un animal que arrancamos de la selva, han nacido aquí, la mayoría se han criado de biberón”, aclara.


Sacristán dice que al circo con animales lo ampara el derecho de libertad de empresa.  Además, manifiesta que de ponerse en marcha medidas a nivel municipal contra este tipo de espectáculos, se estaría incumpliendo la Ley debido a la ausencia de legislación a nivel estatal.


“¿Dónde meterían los entre 6.000 y 7.000 animales que tenemos actualmente los circos?”, se pregunta si hipotéticamente se actuara por la desaparición de los animales.


Recuerda que en la última parada de su gira en Logroño hubo una manifestación en contra del uso de animales a la que fueron cien personas, mientras que por el espectáculo pasaron un total de 5.000. “El ruido lo está haciendo una minoría”, sentencia.


En la misma línea que su compañero del Circo Wonderland urge a promover un reglamento porque “en España no hay medidas regulatorias como ocurre en Europa”. Sacristán pone como ejemplo del adecuado cuidado que los animales reciben en el Circo Holiday, que los seis tigres con los que cuentan, disfrutan de una superficie total de 400 metros cuadrados.


Actualmente, la única normativa municipal que hace referencia a los circos es la Ordenanza Municipal sobre la protección, la tenencia responsable y la venta de animales que en el Artículo 7, punto F dispone que “utilizar animales en espectáculos, filmaciones, actividades publicitarias, actividades culturales o religiosas y cualquier otra actividad siempre que les pueda ocasionar daño o sufrimiento, o bien degradación, parodias, burlas o tratamiento antinaturales, o que puedan herir la sensibilidad de las personas que los contemplan, con la excepción de lo establecido en la ley respecto de los espectáculos taurinos, vaquillas, cetrerías y circos.”Cataluña como precedente

La comunidad catalana sentó precedente en el uso de animales en espectáculos, concretamente en la prohibición de las corridas de toros.


El 29 de septiembre de 2011 se celebró la última faena en la Monumental de Barcelona tras la aprobación del Decreto Ley 28/2010 . No obstante, Canarias fue pionera en este asunto pues desde 1991 esta práctica está erradicada.