Un joven navarro ingresa grave en el Servet tras tirarse a un rancho hirviendo en Buñuel

Según fuentes presenciales, el joven saltó por una apuesta al guiso hirviendo, cocinado para más de 800 personas. Tiene el 18% del cuerpo quemado.

El rancho de Buñuel para 800 personas, minutos antes de que el joven se precipitara dentro.
Un joven navarro ingresa grave en el Servet tras tirarse a un rancho hirviendo en Buñuel
@aytobunuel

Un joven de 25 años vecino de la localidad navarra de Buñuel está ingresado con pronóstico grave en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza desde este domingo tras saltar al interior de una gran paellera en la que se cocinaba un rancho popular, al parecer con motivo de una apuesta. 


Según fuentes presenciales, los vecinos de esta localidad navarra celebraban este pasado domingo, al mediodía, la tradicional Fiesta de la Juventud en la que se cocinaba a fuego de leña un rancho de carne con patatas para más de 800 personas. Unos minutos después de apagar el fuego, el joven, que responde a las iniciales de E.B., saltó al interior del caldero de rancho, de unos 3 metros de diámetro, cuando todavía estaba hirviendo.


Inmediatamente, se trasladó al joven al hospital de Tudela donde lo remitieron de urgencia al Hospital Miguel Servet, en el que permanece ingresado con pronóstico grave en la Unidad de Quemados.


Según fuentes del centro hospitalario, presenta quemaduras profundas en ambas piernas y tiene el 18% de la superficie corporal quemada. Además, alguno de los presentes asegura que "la gente le quitó los pantalones y eso agravó las heridas".

Una apuesta muy cara

Aunque todavía se desconocen las causas del accidente, todo apunta a que se debió a una apuesta entre el joven y sus amigos. Algunos vecinos de la localidad aseguran que todos ellos presentaban claros síntomas de embriaguez, según algunos testigos. Tanto las autoridades como los que acudieron a la comida popular hablan de un posible desafío por 100 o 200 euros. 


Según testigos de lo ocurrido, tras el accidente, la mayoría de los vecinos prosiguieron con la comida y acabaron de comerse el rancho, a excepción de algunos a los que no les pareció adecuado.