Una casa encargada por García Sánchez

El inmueble fue levantado por encargo del fundador del ya desaparecido Banco Zaragozano

El edificio de la calle de Lagasca número 7 fue casa de José García Sánchez (Moros, 1865-Zaragoza, 1952), fundador del Banco Zaragozano. Probablemente fue levantada antes de 1912, pero documentalmente hay constancia de que en 1914 el empresario encomendó una ampliación a Francisco Albiñana. En 1933, encargó al también arquitecto Roberto García Ochoa la elevación de una planta más. Posteriormente, el inmueble experimentó otras remodelaciones y hasta nuestros días ha llegado una casa de tres plantas, con 874 metros cuadrados construidos y un jardín perimetral de unos 50 metros cuadrados. 


Conocido exteriormente por la mayoría de los zaragozanos dada su céntrica situación, su interior ha estado reservado durante 56 años (desde 1957 a 2013) a impartir justicia con los menores de edad, por lo que su acceso estaba restringido exclusivamente a los infractores juveniles y a los funcionarios y jueces que tenían que bregar con ellos.


Arquitectónicamente destaca el torreón de la parte posterior y una habitación semicircular acristalada que durante todo ese tiempo fue la sala de vistas en la que los menores eran juzgados. De aquella época mantiene dos columnas y varios radiadores de forja, uno especialmente curioso por tener sobre él tres rejillas a modo de parrilla, en las que probablemente, cuando era dedicada a vivienda, sus moradores calentaban las ropas de cama (foto 2). 

Como Juzgado de Menores número 1 de Zaragoza –cuando se creó el 2 se llevó a la calle de Doctor Fleming, ya que en Lagasca no había espacio– fue sometido a distintas reformas, ya que, con el paso del tiempo y el cambio de leyes, se fueron incorporando nuevos profesionales para encargarse de los menores desde ámbitos distintos a los judiciales. 


La entrada en vigor de la actual Ley del Menor, en enero de 2001, supuso un auténtico caos pues hubo que acondicionar el espacio a toda prisa para acomodar allí a fiscales y educadores. De hecho, la nueva norma resultó inaplicable durante un tiempo por falta de medios y en solo dos meses y medio se acumularon cerca de 1.000 casos, el doble que en todo el año 2000. La creación de un segundo juzgado y el refuerzo de funcionarios desatascó esa jurisdicción que hoy funciona con normalidad.