El pasado sábado 11 de enero entraba en vigor una nueva Ordenanza Municipal sobre la Protección, Tenencia responsable y Venta de Animales en la ciudad de Zaragoza por la cual, ciertas mascotas podrían acceder a algunos servicios públicos como al de autobuses urbanos o al tranvía, siempre y cuando cumpliesen una serie de condiciones.

A raíz de esta nueva normativa, que el Comité de empresa de AUZ tacha de "ambigua", Javier Anadón, presidente de la organización, aseguraba que "ante una discrepancia entre viajeros será el conductor el que tenga que hacer de mediador y creemos que podría haber más de un problema". "En caso de conflicto, por ejemplo, ¿quién tiene prioridad?, ¿un alérgico o una mascota?", preguntaba Anadón. "Hay gente que realmente tiene pánico a los animales, y podría ser un freno para que algunas personas coja el autobús", añadía.

En opinión de los trabajadores de la empresa de transporte público, hay muchos datos de la nueva ordenanza que pueden inducir a error. "Por ejemplo, que los animales pesen más de 10 kilos,? ¿Eso cómo lo vamos a saber? A no ser que suba alguien detrás con una báscula?", bromeaba Anadón. Dicha ordenanza tampoco especifica si hay que pedir documentación o tarjeta sanitaria cuando suban las mascotas. En conclusión, el colectivo de conductores se siente "indefenso ante la situación" y por la falta de información de la que disponen.

Durante los primeros días de funcionamiento de la ordenanza "todavía no hemos tenido conocimiento de que haya ocurrido ningún altercado", aseguraba Anadón, aunque, destacaba, una de las quejas más habituales entre los usuarios era "que las mascotas no tengan que pagar billete, ya que ocupan una plaza". De momento toca esperar a ver cómo se desarrolla la nueva normativa durante estos primeros días. "Eso el tiempo lo dirá", concluía el presidente del Comité.