El profesorado de la UZ tiene una media de 52 años

Ya lo avisó la consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deportes del Gobierno de Aragón, Dolores Serrat, en unas declaraciones la pasada Semana Santa: "Hay profesores de mucha edad, vamos a vivir un periodo de muchas jubilaciones y si las tasas de reposición se mantienen como las actuales vamos a tener problemas".

Hacía referencia a la plantilla docente de la Universidad de Zaragoza y la necesidad de apuntalar la cantera de profesores con vistas al futuro de la institución. En concreto, desde la UZ critican la tasa de reposición de jubilaciones del 10% impuesta por el Ministerio. Este año han dejado las aulas 70 profesores, por lo que solo se aceptarían siete nuevos puestos funcionariales.

“Este año serían siete, al que viene dos, tres...”, lamenta el vicerrector de Profesorado, José Antonio Mayoral, que ve estas cifras “insuficientes para mantener la calidad en la enseñanza” y el puesto en el ranquin de universidades.

En concreto, la edad media de la plantilla docente de la UZ se sitúa en 52 años, pero el vicerrector matiza que las peculiaridades de estos puestos de trabajo hacen inviable una gestión que no sea específica para cada universidad, una cualidad recogida incluso por la Constitución española.

“Formar a un profesor universitario cuesta 300.000 euros y diez años de formación, entre el máster, el doctorado, la estancia en el extranjero y la reincorporación, por lo que no estamos hablando de una carrera funcionarial normal, y son pocos los que lo consiguen”, señala.

De ahí que desde el campus aragonés “asumimos con resignación los recortes impuestos dada la situación económica actual, pero pedimos que nos dejen decidir cómo gestionar ese dinero”.

Menos personal fijo

Lo que se desprende de la cuota marcada por el Gobierno, y que centra las críticas de las universidades, es el lógico aumento de personal a tiempo parcial -con un menor coste de despido-. Sin embargo, el vicerrector Mayoral critica que de esta forma se pierde notablemente la calidad de la enseñanza y la investigación. “El prestigio investigador y docente no es fácil de sustituir cuando se jubila, pero aún es más complicado con el cupo”, apunta.

A su juicio, “estas personas son las llamadas a conseguir que el país prospere y garantice un futuro” a través de la educación de las nuevas generaciones y de la investigación. Pero, “si no cambian de postura”, muchos de estos profesionales acabarán en el extranjero.

En la actualidad, la Universidad de Zaragoza cuenta con unos 3.300 docentes, 290 de ellos son catedráticos y 1.200 titulares. El resto se distribuyen entre personal a tiempo parcial, profesores de prácticas de la salud (enfermería, fisioterapia, etc.) y doctores en formación sin la categoría de funcionarios.