​Gatolandia rescata unos 150 animales al año de las calles de Zaragoza

En la actualidad más del 80% de las adopciones de la protectora se realizan a través de las redes sociales.

Reina, Asia o Tiryon son tres gatos que comparten una historia en común, todos ellos han sido rescatados en las calles de Zaragoza y hoy buscan un nuevo hogar mientras permanecen en el refugio de Gatolandia desde el que cada viernes se realizan emisiones en directo vía Facebook presentando cada nuevo caso y acompañando a estos felinos en su día a día. La innovación, asegura, resulta clave para dar salida a muchos de estos animales.

En la actualidad en la capital aragonesa existen otras 5 o 6 protectoras dedicadas al rescate y la búsqueda de nuevos hogares, como ‘Zaragatos’, ‘Bigotes Callejeros’ o la ‘Plataforma de Protección Felina’. “Las redes sociales se han convertido en nuestra plataforma principal en el mundo de las protectoras porque te permiten llegar a más gente y de forma más directa”, asegura Yesica Marcuello, una de las voluntarias de ‘Gatolandia’.

Al año en torno a 150 gatos pasan por las instalaciones de la protectora zaragozana que lleva cinco años en activo y cuenta con un pequeño refugio y el apoyo y soporte de una decena de casas de acogida. “En la actualidad tenemos una treintena de gatos que aguardan a encontrar un hogar y una nueva familia”, añade.

Tan solo en la red social Facebook aglutinan a más de 7.000 seguidores con los que interactúan de manera diaria, aunque también reciben avisos de casos de gatos abandonados o perdidos. “Estamos recibiendo prácticamente un aviso al día”, explica Marcuello. Lo más habitual son casos de abandono en la calle o en colonias, seguido de accidentes –como atropellos- o simplemente de gente que se encuentra un gato por la calle y da el aviso. “Mucha gente suelta a su gato en una colonia felina, son animales territoriales y eso supone una condena para el animal”, asegura la zaragozana.

Y como este, señalan que existen decenas de falsos mitos que giran en torno a la figura del gato y que afectan directamente a su integración en la sociedad. “Se dice que son animales huidizos, traidores y muy independientes pero no es así. Tampoco se trata de una moda, el gato fue un animal venerado en Egipto y considerado un dios”, relata la joven.

En su opinión, iniciativas como el Proyecto CES del Ayuntamiento de Zaragoza han logrado dar una mayor visibilidad al problema de los abandonos de gatos y a la situación de los gatos callejeros: “Los gatos urbanos deben vivir en la ciudad pero con unas condiciones básicas de desparasitación, vacunaciones y esterilizaciones”.

En la actualidad, esta asociación sin ánimo de lucro se estructura en torno al trabajo desinteresado de una decena de personas y se sustenta de las donaciones privadas y de las aportaciones de sus propios voluntarios. “Aunque es cierto que recibimos alguna que otra subvención, que pueden suponer el 10% de nuestro presupuesto anual, las administraciones públicas ayudan bastante poco a estas cuestiones”, asevera Marcuello.

Además, aunque se dan abandonos durante todo el año, aseguran que existe cierta estacionalidad. “El verano es criminal para nosotros ya que hay un repunte en el número de abandonos de gatos y muy pocas adopciones porque la gente se va de vacaciones”, añade. Por el contrario, en Navidad y septiembre siempre hay un aumento del número de adopciones, sin embargo en este caso la prioridad es garantizar que la gente lo hace con cierto compromiso. “Tenemos que tener cuidado para evitar que sea un simple capricho pasajero”, explica.

Diva y Vita fueron rescatadas a las afueras de Zaragoza en una empresa abandonada cuando acababan de nacer. Ahora tienen tres meses y medio y un hogar de la mano de Pilar Minguillon Buisan y su familia. “Tengo dos niñas pequeñas y tras divorciarme me pidieron traer un nuevo gato a casa. En un principio solo pensamos en uno pero al conocer a estas hermanas me enamoré de las dos”, explica.

Una decena de casas de acogida

En su caso acudió directamente al refugio de ‘Gatolandia’ pero muchos de estos animales permanecen en casas de acogida hasta que alguien los adopte. Una de estas casas es la de tres estudiantes de veterinaria de la capital aragonesa, Edgar y Uzuri (estudiantes de 4º) y Raquel (de 1º). “En los últimos tres años hemos acogido un total de cinco gatos de la protectora y vamos por el sexto”, asegura Edgar, vecino de Mazaleón, un pueblo de Teruel.

“Como tenemos tres perros aprovechamos para acoger gatos que tienen enfermedades víricas (inmunodeficiencia, leucemia felina, coronavirus...) contagiosas para otros gatos que suelen ser los que tienen más dificultades para encontrar acogidas o adopciones”, explica. “Es muy gratificante que llegue a tu casa un animal en malas condiciones y ver como mejora y evoluciona, se lo recomendaría a todo el mundo”, concluye.?

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