La aventura de encontrar plaza en las salas de estudio zaragozanas

El problema se incrementa sobre todo durante el fin de semana. Los usuarios reclaman más espacios y una mejora de las instalaciones.

Silla en la sala de estudios de filología.
Silla en la sala de estudios de filología.
G. A.

Sábado, 8.00 am. El termómetro marca 4 grados de temperatura. Sin embargo, ni el frío ni el viento parecen motivos suficientes para desanimar a un nutrido grupo de estudiantes que permanece en la puerta de la sala de estudio del Museo del Fuego de Zaragoza. Cada fin de semana se desplazan cientos de estudiantes desde distintos puntos de la ciudad en busca de un espacio para concentrarse.


La sala cuenta con más un centenar de personas esperando cuando quedan tan solo diez minutos para las 9.00, hora a la que abre sus puertas. Tan solo hay 132 plazas. Esta es la realidad que viven cada fin de semana.


“No hay espacio para todos, me he tenido que levantar antes de las 7.00 para tener un sitio”, critica Raúl, estudiante de medicina de 22 años y vecino de San José. “Entre semana no hay problema porque hay más bibliotecas y te puedes quedar en el barrio, pero el fin de semana si no madrugas te quedas sin sitio”, añade.

 

“Los sábados y domingos hay pocas opciones y bastante precarias. Y aun así casi hay 'hostias' para entrar”, asegura Martín, otro estudiante. En su caso entre semana acude a la Biblioteca Ibercaja José Sinués. “De normal vamos a la de Doctor Cerrada, excepto los domingos. Aquí cuando abre la puerta la gente suele correr para coger sitio independientemente de la hora a la que haya llegado”, asegura Maialen, estudiante de Economía y vecina del centro.


“Ya no es solo encontrar plaza, sino tener una silla. Algunas están en muy mal estado y tienen el respaldo roto y ni siquiera hay para todos. A veces te vas a comer y cuando vuelves te la han quitado”, lamenta Laura, estudiante de Márketing e Investigación de mercados de 22 años.


A pesar de que la Universidad de Zaragoza amplía el horario de apertura y la capacidad de sus instalaciones con el objetivo de descongestionar estos espacios, los usuarios aseguran que no es suficiente. Este año la UZ ha habilitado 780 nuevas plazas que se suman a las 6.600 ya existentes. En total, la oferta se sitúa en torno a 7.500 plazas durante el periodo de exámenes.


Además del Museo del Fuego, durante el fin de semana están disponibles las salas de estudio de Filosofía y Letras (540 plazas), todos los días del año de 8.15 a 2.00; Económicas (312) o el Edificio Betancourt (464), ambas de 8.00 a 2.00; la Facultad de Educación (140), de 9.00 a 2.00; o la Facultad de Veterinaria (66), de 9.00 a 00.00; todas hasta el 6 de febrero. En Huesca permanece la sala de la Facultad de Empresa y Gestión Pública (100), de 9.00 a 1.00; y la Sala de Estudio del Colegio Mayor Pablo Serrano de Teruel (60), de 9.00 a 00.00, ambas hasta el 5 de febrero. Sin olvidar el Centro de Documentación del Agua y el Medio Ambiente de Zaragoza, que cuenta con 64 plazas y está abierto de 9.30 a 20.30 de lunes a viernes, de 9.30 a 13.30 los sábados, y de 9.30 a 14.30 durante los meses de julio y agosto.


En la capital aragonesa también están disponibles las salas CAI Universidad (250), la Residencia Juvenil Baltasar Gracián (50) –en colaboración con el IAJ-, la Ibercaja José Sinués (275) o la CAI Mariano de Pano, que ofrece 120 plazas en horario ampliado durante exámenes.


“Los sábados son los días de mayor demanda en nuestra sala, sobre todo por las tardes. Cuando hay mucha gente llevamos un control de aforo con número y carnets de usuarios”, explica Eva Jiménez, directora de la biblioteca CAI Mariano de Pano.


“Prefiero que haya un control porque a veces hay gente que se va un buen rato y deja los apuntes ocupando un sitio cuando no hay para todos”, explica Herminia, estudiante de Psicología de 25 años. “Yo me estoy preparando un idioma más a largo plazo, por eso evito estas fechas para venir porque a veces pierdes más tiempo en ir de una biblioteca a otra para encontrar un sitio”, añade Inés, otra usuaria.Radiografía de bibliotecas en Aragón


Además de las anteriormente mencionadas, el Ayuntamiento de Zaragoza pone a disposición de los estudiantes varios espacios en las 26 bibliotecas que gestiona, lo que supone un incremento de 2.300 plazas. Entre ellas se encuentran la Biblioteca Benjamín Jarnés, la María Moliner, Manuel Alvar o la Rosendo Tello de Peñaflor.


En cuanto a la oferta del Gobierno de Aragón, y aunque no se trata de uno de los servicios habituales de este tipo de instalaciones, durante los exámenes habilitan parte de las plazas de las salas de lectura con unas 230 plazas repartidas en las tres bibliotecas que gestiona la Biblioteca Pública de Huesca –unas 80-, la Biblioteca de Aragón en Zaragoza –más de un centenar- y la Biblioteca Pública del Estado En Teruel – unas 40-.

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