​Varios niños saharauis disfrutan del verano en Aragón "sin olvidar la identidad de su pueblo"

?"No debéis olvidar vuestra historia, que también es la nuestra", les ha dicho Santisteve mientras les ha animado a no dejar de luchar por su autodeterminación.

Disfrutar de la piscina, comer pizza y hamburguesas e ir al cine son las aficiones preferidas de los niños saharauis que pasan en Aragón sus "vacaciones en paz" pero sin olvidar su identidad como pueblo que lucha por su independencia de Marruecos.


Así se ha puesto en evidencia con motivo de la recepción que el alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, ha ofrecido a la veintena de niños y niñas saharauis que han sido acogidos por familias aragonesas, y quienes a voz en grito antes de empezar el acto han coreado 'Sahara libre'.


Una situación de la que también se ha hecho eco en su discurso el alcalde, quien ha reconocido a estos muchachos como "embajadores de una causa justa que el Gobierno de España tiene obligación de solucionar".


"No debéis olvidar vuestra historia, que también es la nuestra", les ha dicho Santisteve mientras les ha animado a no dejar de luchar por su autodeterminación y les ha destacado la importancia de que conozcan otras culturas que les hagan "más grandes y listos".


Unas vacaciones en paz que van a permitir asimismo, ha reconocido el alcalde zaragozano, abrir a las familias españolas a un mundo nuevo.


Desde el Movimiento por la Paz (MPDL), Agustín Gavín, ha abogado por la presencia del Instituto Cervantes en los campamentos de refugiados para evitar que se pierda el conocimiento de la lengua española, así como la apertura de una oficina diplomática en Madrid de cara a una futura embajada.


Entre los participantes en esta aventura de verano se encontraban Sidahmed, un niño de 12 años que ya lleva tres años pasando sus vacaciones en Zaragoza y a quien le gusta "todo", pero sobre todo la piscina, comer pizza y hamburguesas.


Mohamed Saleh, también de 12 años, es pequeño de estatura pero tremendamente vivo y sus tres años pasándolos en España le han dado soltura en el lenguaje y además de contar a los medios lo que le gusta de estas vacaciones, como la playa, la piscina y el cine, ha explicado que en los campamentos suelen comer leche con arroz, camellos y "también cabras".


Romeo, su padre de acogida, ha destacado que se trata de una experiencia "enriquecedora" y "estupenda" que "te saca de la monotonía" y ha reconocido que aunque en un principio a su mujer y a él les daba miedo porque era la primera vez se lo está pasando "muy bien".


Según este padre adoptivo, son "muy buenos niños, con mucha energía". 

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