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La frontera entre Teruel y Castellón es la zona del país con más tormentas severas

Las fuertes granizadas y los tornados se asocian a las supercélulas, que presentan su mayor frecuencia estatal en el Maestrazgo y Gúdar-Javalambre.

El tornado registrado en Alcañiz en 2022 ha sido el más dañino de los registrados en Aragón en la última década.
El tornado registrado en Alcañiz en 2022 ha sido el más dañino de los registrados en Aragón en la última década.
Heraldo.es

Aragón ha registrado tres tornados en la última década y todos se han producido al norte de la provincia de Teruel con una separación máxima entre ellos de solo 30 kilómetros. La concentración en esta zona está relacionada con el hecho de que la confluencia de las provincias de Teruel y Castellón es la zona del país que registra más supercélulas, un tipo de tormenta severa que genera las granizadas más virulentas y también torbellinos destructivos.

Los datos proceden de balance realizado por un equipo de expertos que ha determinado que en áreas de las comarcas del Maestrazgo -en torno a Olba- y de Gúdar-Javalambre -en torno a La Iglesuela del Cid-, así como en sus zonas colindantes de Castellón, se producen, de media, 1,8 supercélulas al año, una intensidad que contrasta con las menos de 0,2 de la mayor parte de España, diez veces menos.

La investigación, plasmada en la Base de Datos de Supercélulas en España, ha tenido en cuenta todas las tormentas extremas registradas entre 2011 y 2021. La provincia de Teruel es particularmente propensa a estos fenómenos, con 40 de las 190 supercélulas que se acumulan anualmente en el conjunto estatal.

Las supercélulas son las responsables de los tornados y de las tormentas intensas, como las que dejaron pedrisco de 10 centímetros de diámetro en Rubielos de Mora el 23 de julio de 2017, de 10 centímetros en Albalate del Arzobispo el 5 de septiembre de 2018 y de nueve centímetros en Obón el 14 de agosto de 2020.

Uno de los autores de la investigación, Carlos Sancho, explica que la acumulación de supercélulas en la frontera entre Teruel y Castellón se debe a su orografía montañosa y a que es el punto de “interacción” entre las masas de aire frío y seco que llegan del noroeste y las húmedas y cálidas que proceden del sudeste. La colisión entre las dos corrientes dispara las tormentas y su versión más aparatosa, los tornados.

Aunque, según Calvo, los tornados “no son una gran amenaza” en España, los que ocurren en Aragón tienden a concentrarse en la provincia de Teruel. Los tres acumulados en la última década se dieron en Alcañiz el 21 de junio de 2022, Andorra el 6 de julio de 2023 y Urrea de Gaén el 8 de agosto de 2018. El que se desató en la capital bajoaragonesa fue el de efectos más destructivos, con tejados levantados, árboles arrancados, vehículos volcados y terrazas arrasadas. Por suerte, no causó daños personales.

El tornado de Urrea fue calificado como EF0 en la escala Fujita, lo que se corresponde con vientos de entre 105 y 137 kilómetros por hora que causan daños leves. Los tornados de Andorra y Alcañiz alcanzaron el nivel EF1, con vientos de entre 138 y 178 kilómetros por hora y daños moderados.

Carlos Calvo apunta a que la orografía plana del triangulo formado por Andorra, Alcañiz y Urrea “favorece” los tornados, que “sin duda” están vinculados con la propensión del oriente de Teruel a las supercélulas. Este investigador señala que las supercélulas que generan los tornados se desplazan y, por ejemplo, la que provocó los destrozos en la capital bajoaragonesa se había iniciado en el Matarraña.

Pero la provincia ha sido escenario de otros tornados devastadores en años anteriores a los del estudio, como el que en 1999 arrasó 365 hectáreas de bosque en Mosqueruela o el que en 1986 devastó Ojos Negros con el resultado de seis personas heridas. Calvo señala que Teruel es el “callejón de los tornados” español.

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