patrimonio
La iglesia de Montalbán entra en la lista roja del patrimonio amenazado
Hispania Nostra también incluye en la relación el órgano de Cabra de Mora y la ermita de Santa Cristina de La Puebla de Albortón.
"Abandonados, arruinados y sin ningún mantenimiento." Así se encuentran los tres elementos patrimoniales de Aragón que acaban de ser incluidos en la Lista Roja que elabora la asociación Hispania Nostra y que recoge más de 1.200 monumentos españoles que se encuentran sometidos a riesgo de destrucción o alteración esencial de sus valores. La monumental iglesia de Montalbán, el órgano de la iglesia de Cabra de Mora y la ermita de Santa Cristina de La Puebla de Albortón están abocados a la desaparición si no se interviene de inmediato en su restauración, según la asociación, dedicada a velar por la preservación de los monumentos españoles.
La cubierta y los exteriores de la iglesia de Santiago el Mayor de Montalbán, que se recuperaron a partir del año 1950, se están volviendo a deteriorar. Ya en febrero de 2018 el Consistorio municipal alertó de la caída de las cerámicas de la decoración mudéjar y de las tejas que se habían desprendido a causa de la acumulación de nieve en la cubierta del templo.
El interior presenta visibles deterioros, llegando a contar con desprendimiento de piezas de yeso que formaban parte de la decoración de las bóvedas. Se aprecia también un acusado deterioro de las pinturas murales medievales, así como un necesario acondicionamiento de suelos, techos y paredes que cuentan con desconchones, humedades y grietas.
A principios del 2023, se informó que en este año se realizarían los proyectos de conservación y restauración de la decoración mural de la nave y de la cabecera de la iglesia, sin contar con nuevas noticias al respecto.
Comenzó su construcción en el siglo XIII por orden de Pedro II de Aragón, encomendada al maestre Fernando González. En el año 1210 Pedro II entregó la villa a la orden militar de los Caballeros de Santiago, convirtiéndose en la sede de la Encomienda de la Orden de Santiago, que tenía como principal cometido la lucha contra los musulmanes. Se edificó un nuevo templo en el siglo XIV, en el reinado de Alfonso V. En la actualidad, la iglesia está bajo la advocación de la Virgen del Castillo y San Fausto, patronos del municipio turolense.
Sufrió los estragos de las guerras a lo largo de la historia. Formaba parte del conjunto defensivo del castillo, el cual fue destruido entre 1837 y 1839 por las tropas carlistas del general Cabrera. La guerra de la Independencia, junto con las guerras Carlistas y, con posterioridad, la Guerra Civil en el siglo XX, contribuyeron en su proceso de deterioro, a pesar de su declaración de Monumento Histórico-Artístico en 1931.
Ermita de Santa Cristina de La Puebla de Albortón
Aparece como varada en medio de una colina de suave pendiente; como los restos de un naufragio en medio del mar. Poco podría hacer imaginar que su interior conserva unos restos pictóricos del siglo XVIII. Pero la ermita de Santa Cristina de La Puebla de Albortón es mucho más antigua. Su origen es probablemente románico y parece ser que fue un lugar de romería.
Se trata de un templo de una sola nave con una estancia previa que actúa a modo de nártex. Cuenta con un pequeño ábside de planta semicircular, delimitado por un arco fajón. El exterior del ábside se sustenta con contrafuertes, así como parte de los muros laterales de la ermita. Los materiales compositivos de la estructura corresponden a piedra de sillería y tejas en la cubierta que aún prevalece recubriendo el ábside. La única ornamentación que perdura son las pinturas murales del siglo XVIII en la bóveda y paredes del ábside.
Órgano musical de Cabra de Mora
El órgano, situado en la iglesia de Santa María y San Miguel de Cabra de Mora, fue construido por Vicente Sospedra en el año 1788. No ha sufrido ninguna intervención durante los siglos XIX y XX, a excepción de una reparación de los fuelles, en 1880. Se salvó de las llamas durante la Guerra Civil española, pero después de la contienda quedó relegado al abandono. Dejó de funcionar a principios del siglo XX.
Se trata de un órgano barroco del siglo XVIII, de «cajón», con apariencia de cuadrilátero cerrado en todas sus partes. La caja es funcional, está poco ornamentada, presenta terminaciones en capitel y pilastras labradas. Muestra un dibujo en forma de V que marca la tubería de las calles de la fachada. El teclado es de cuarenta y siete notas y el pedal de contras de siete notas. Tiene tres fuelles cuneiformes de cinco pliegues sobre bastidor elevado.
Presenta características técnicas musicales específicas, que lo hacen único en cuanto a su fabricación. Estilo sonoro evolutivo entre el Barroco y el Romanticismo.
Se conserva original casi en su totalidad, (caja, mecánica, secreto y fuellería). Sin embargo, de la tubería de metal se conserva solo el cincuenta por ciento aproximadamente.
Actualmente está deteriorado y en desuso. Se encuentra cubierto de polvo y suciedad y en la madera se observa patología por insectos xilófagos (carcoma).
