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Calamocha se tiñe de azul y blanco en la edición más multitudinaria de su tradicional baile de San Roque

Cerca de 400 danzantes han recorrido las calles del municipio durante casi cuatro horas al compás de la jota para homenajear a su deseado patrón. 

Danzantes a su llegada a la iglesia de Calamocha tras el baile en honor a San Roque
Danzantes a su llegada a la iglesia de Calamocha tras el baile en honor a San Roque
Javier Escriche

El día más esperado del año para muchos calamochinos por fin ha llegado y este es el del tradicional baile de San Roque durante la procesión en homenaje al santo. El color blanco con las fajas azules que vestían los cerca de 400 danzantes ha inundado las calles del centro de Calamocha durante esta mañana. También, han estado arropados por el calor de un multitudinario público que no ha fallado en ningún momento del camino y que ha demostrado que este baile es cosa de todos porque había personas de todas las edades. 

A las 9.00 horas de la mañana ha sido cuando los bailarines y bailarinas se han colocado en las dos filas -de menor a mayor edad- para partir de la iglesia de Plaza España a la ermita y volver al punto de origen, donde han devuelto a la imagen de San Roque a eso de las 12.30 horas. Las jotas y los dichos han sido los protagonistas en ese trayecto de casi cuatro kilómetros y en los que el calor parece que no ha sido un impedimento. 

Sin embargo, todo ha empezado mucho antes porque, como cuenta una asistente que ha acompañado a sus hijos y nietos durante el baile, este fin de semana ya dejaron la ropa preparada para este día grande. Y ha apuntado que los nervios iban de la mano de los más pequeños a los que no les faltaban las ganas de moverse para homenajear a San Roque. 

Si algo destacaba ha sido la gran presencia de niños y niñas que encabezaban y guiaban las filas y es que tal y como ha reconocido el alcalde de la localidad, Manuel Rando, se han apuntado más pequeños que "nunca". Algo que para él es un orgullo que se siga llevando adelante esta tradición que es para Calamocha su "sello de identidad".  

Para una joven danzante la de este año se ha convertido en su baile número 16 y ha reconocido que es algo que va mucho más allá y no es posible explicar porque se trata de un "sentimiento" que ha visto desde bien pequeña. "En mi caso mi padre desde que lo recuerdo siempre ha bailado, es algo que en mi familia es una tradición y para lo que muchos nos estamos preparando todo el año", ha explicado. Más adelante en la fila, uno de los danzantes ha contado que este año era el "estreno" de uno de sus hijos pequeños y sentía especial ilusión ver como empezaba lo que él lleva haciendo más de 30 años. 

En las paradas y por el altavoz se iban lanzando los clásicos dichos con palo en mano o lo que es lo mismo "expresiones de lo que ha pasado el último año", según ha detallado Rando. Este año, al grito de "¡Viva San Roque!", los dicheros han recordado a las víctimas y familias de los accidentes de tráfico ocurridos hace unas semanas, han desafiado a la Inteligencia Artificial o anunciado que se habían vendido todos los bonos de fiestas seguido de "todos quieren venir aquí". 

Para algunos de los asistentes que se agolpaban a los lados de la calle era la primera vez viendo este acto y reconocían tener "la piel de gallina". Algo que también ha sentido otra de las espectadoras que repetía por "séptima vez" y ha venido exclusivamente desde Castelló para volver a sentir la magia "inolvidable" de este baile en el que participan "varios de sus sobrinos". Mientras, una vecina que vive todo el año en Calamocha espera que sus nietos comiencen "pronto a salir cada año en el baile" y que cumplan su sueño de participar que por diversos motivos no pudo ser

La historia marca que este clásico baile tuvo su origen en 1885, momento en el que el cólera afectaba a la comarca del Jiloca a excepción de la capital calamochina. Un hecho que atribuyeron como salvación del santo y es por eso que decidieron ofrecerle un baile que continúa después de más de 135 años. 

Mañana será el turno, a las 11.00 horas, de la procesión de "San Roquico" por el centro de la ciudad en la que el dance vuelve a ser protagonista y, como asegura el alcalde, se espera un número similar e incluso "mayor" de bailadores. La segunda y ya última oportunidad para ofrecer un dance será el domingo 20 de agosto -último día de las fiestas- en el que San Roque se devuelve a su ermita hasta el próximo año. 

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