Cartas a la madre desde Mauthausen

Un amigo de Salvador Benítez recopila la documentación del periplo en el exilio de quien fue conocido como el 'Loco del Matarraña' por sus llamativos trajes de botones con los que iba al sorteo de la lotería de Navidad o a la Vaquilla de Teruel, entre otros eventos.

A la izquierda, Salvador Benítez vestido con su uniforme de preso, en un acto conmemorativo en Mauthausen. A la derecha, vestido con el traje de botones con el que acudía a numerosos actos como el sorteo de la Lotería Nacional
A la izquierda, Salvador Benítez vestido con su uniforme de preso, en un acto conmemorativo en Mauthausen. A la derecha, ataviado con el traje de botones con el que acudía a numerosos actos como el sorteo de la Lotería Nacional
Juan García

"Estoy bien y libre desde el día 5 de mayo -de 1945- en que fuimos liberados por las fuerzas aliadas. Me encuentro en Italia camino de Francia. Besos y abrazos". El escueto mensaje fue remitido por Salvador Benítez, popularmente conocido como el 'Loco del Matarraña', a su madre, Concha Griñó, residente en Valderrobres, tras abandonar el campo de concentración de Mauthausen (Austria). Ponía punto final a un calvario que se inició en febrero de 1939, cuando Benítez abandonó España con la derrota del bando republicano en la Guerra Civil. La nota fue enviada a través de la Cruz Roja y cerraba el periodo más duro del exilio, el internamiento en el tristemente famoso presidio nazi.

La carta en la que comunica el final del cautiverio forma parte de la recopilación documental realizada por un amigo de Benítez, Jaume Carbó, vecino de Valderrobres, localidad natal del Loco del Matarraña. Entre los papeles recopilados, figuran también varias tarjetas postales remitidas a Concha Griñó desde el campo nazi, que, según consta en el reverso, permitía a los presos mandar "una vez cada seis semanas" correspondencia a sus seres queridos.

Carta postal remitida por Benítez desde el campo nazi austriaco de Mauthausen a su madre, Concha Griñó, que vivía en Valderrobres.
Carta postal remitida por Benítez desde el campo nazi austriaco de Mauthausen a su madre, Concha Griñó, que vivía en Valderrobres.
H. A.

La postal especifica que "el prisionero está autorizado" al "recibo de respuesta". Concreta la extensión máxima de los textos, de "no más de veinticinco palabras, solamente de carácter personal y familiar". Las autoridades nazis aclaran que "en la carta de respuesta es permitido adjuntar timbre moneda". Advierten, no obstante, de que "en los envíos de paquetes a los prisioneros está prohibido adjuntar fotografías".

Cumpliendo las estrictas normas epistolares del campo, Salvador remitió varias postales. Una de las recopiladas por Carbó, muestra la preocupación del republicano español por su familia y por su novia de aquellos años, Otilia. Quizá por tranquilizar a su madre, le asegura que está "bien" y le pide que le escriba "cada semana". La misma petición le hace a su enamorada y a su hermana, Elisa. A todos les ruega que le manden fotos y "cupones internacionales", canjeables por dinero en efectivo. La comunicación fue remitida desde Mauthausen a Valderrobres el 29 de noviembre de 1943 y esta encabezada por un prematuro: "Felices Navidades y Año Nuevo". Las instrucciones de cumplimentación están escritas en español y alemán. La destinataria, Concha Griñó, vivía en la calle Calvo Sotelo, número 3.

Desde que Benítez cruzó la frontera francesa huyendo de la persecución franquista, la comunicación con su madre se realiza siempre a través de la Cruz Roja. En una nota remitida el 13 de abril desde el campo de concentración de Barcarés, al sur de Francia, escribe: "Estoy bien, madre. Mándeme fotografías. Necesito algo de dinero. Supongo que Joaquín y Elisa -sus dos hermanos- están bien. Contesten enseguida. Besos y abrazos para todos. Salvador".

De la petición de dinero y de la urgencia con que pide la respuesta, se desprenden los apuros que comporta el exilio y también la necesidad de mantener el vínculo familiar a toda costa, aunque sea solo a través de cartas y fotos.

Otra comunicación mantenida a través del mismo conducto reitera la petición de información y fotos familiares. Insta a su madre a buscar "algún familiar de Francia" que pueda servirle de punto de apoyo en el exilio o que le pueda facilitar la salida del campo de Barcarés, donde las condiciones de vida eran muy duras.

Tras pasar por los campos de concentración franceses y por compañías de trabajadores extranjeros -creadas por el Gobierno galo-, Salvador Benítez es arrestado en dos ocasiones por la Gestapo, una de ellas por evadirse del presidio de Saint Medart, al oeste de Francia, y otra por repartir propaganda. Finalmente, el 13 de mayo de 1943, hace 80 años, fue deportado a Mauthausen, la estación más penosa del exilio.

Liberado de Mauthausen, Salvador Benítez regresa a Francia. La documentación recopilada por Jaume Carbó muestra cómo el Gobierno francés le reconoce la condición de exiliado y exdeportado. Finalmente, el presidente de la República Francesa, Charles De Gaulle -héroe de la II Guerra Mundial- le muestra en una carta de mayo de 1961 su agradecimiento por el papel jugado en la lucha contra los nazis en suelo francés.

 

Carta postal remitida por Benítez desde el campo nazi austriaco de Mauthausen a su madre, Concha Griñó, que vivía en Valderrobres. jaume carbó

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