Juan Miguel Nacher, de la peña Los Bohemios, se sentirá a las 16.45 de este sábado el centro de todas las miradas en una atestada y bulliciosa plaza del Torico. Será el encargado de poner a la estatua taurina que simboliza a la ciudad el pañuelo vaquillero, un gesto que marcará el inicio de el fin de semana festivo más intenso del año en Teruel. 

La emblemática plaza congregará a las 7.000 personas que completan su aforo y a algunos miles más en las calles adyacentes, todos a la espera de que Nacher anude el "pañuelico" en torno a la figura que representa a la ciudad para dar rienda suelta a la fiesta, que, a continuación, se extenderá hasta el último rincón de la capital turolense.

Al peñista que protagonizará el acto más multitudinario de las fiestas, la puesta del pañuelo al Torico le viene de familia. Su padre, Juan Nacher, fue el último miembro de Los Bohemios encarado de ponerlo. Pero la presencia familiar no termina ahí, porque la vaquillera que retirará la prenda del cuello de la estatua simbolizando el fin de la Vaquilla el próximo día 10 por la noche será Patricia, hermana de Juan Miguel.

Para que todo esté a punto, Juan Miguel Nacher ensayó la subida al Torico aupado por los miembros de su peña el pasado martes. "Todo fue bien y nos sirvió para ubicar a cada cual y saber dónde tengo que pisar y cómo", recuerda el peñista de Los Bohemios. Aunque se muestra tranquilo, asume que, "cuando llegue el momento de poner el pañuelo, todo se desatará". Como vaquillero de toda la vida, se prepara para vivir sensaciones fuertes en la cima de la columna que soporta al Torico. "Será una alegría y una emoción indescriptibles por estar ahí arriba, delante de todos", augura ante un reto que es, a la vez, "un privilegio y una responsabilidad".

Patricia está ilusionada con protagonizar el momento "más turolense" de la Vaquilla, cuando retirará el pañuelo que colocó su hermano ante la mirada de miles de vaquilleros de Teruel, porque el próximo lunes los visitantes habrán regresado ya a sus casas. Aunque su gesto simbolizará el final de la celebración, afirma que lo vivirá "con alegría y felicidad" representando a su peña. No envidia la labor de Juan Miguel. "Cada cual tiene su lugar", afirma. Además, se plantea su aportación con filosofía. "Siempre tiene que haber un final, para que vuelva un principio", sentencia.

Tanto a Juan Miguel como a Patricia, su padre solo les dio un consejo. "Nos dijo ­–cuenta el encargado del 'pañuelico'– que fuésemos con calma y disfrutáramos del momento porque es una experiencia que solo se vive una vez y hay que aprovecharla". A las 16.45, Juan Manuel recibirá el pañuelo de manos de su progenitor, quien, a su vez, lo habrá recogido de la alcaldesa, Emma Buj, momentos antes.

El concejal de Fiestas, Eduardo Suárez, que acaba de asumir el cargo, afirma ante el momento más emotivo y participativo de la Vaquilla, que "todo está controlado", pero los nervios, admite, "están presentes". Suárez, tras una cadena de suspensiones de actos festivos durante las jornadas previas debido a las persistentes tormentas, implora que no haya incidencias y que "el tiempo acompañe". Como peñista militante, conoce la importancia del acto del "pañuelico" para miles de vaquilleros y cruza los dedos para que "todo salga perfecto".