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La localidad turolense de Monteagudo del Castillo recupera su ermita del Pilar tras décadas de abandono

El edificio, del siglo XVIII, está siendo restaurado por la Fundación Santa María de Albarracín y el Ayuntamiento quiere que vuelva a tener culto

Los restauradores recuperan las pinturas que cubren las paredes de la ermita.
Los restauradores recuperan las pinturas que cubren las paredes de la ermita.
Heraldo

La ermita del Pilar de Monteagudo del Castillo, durante décadas en estado ruinoso y desprovista de culto debido en gran parte al éxodo poblacional que padeció esta pequeña localidad turolense en los años 50 del siglo XX, está recuperando su esplendor gracias a un proceso de restauración que ha durado dos años y que está a punto de finalizar.

Ahora, el alcalde, Luis Ignacio Cabañero, tiene previsto contactar con el Obispado de Teruel para ver de qué forma se pueden volver a colocar imágenes religiosas, al haberse perdido las originales durante la Guerra Civil, y devolver la función religiosa al recinto. Estudia también la posibilidad de recuperar la romería que antaño se realizaba al santuario, enclavado en lo alto de un monte desde el que se divisa la entrada natural al Maestrazgo.

Exterior de la ermita del Pilar de Monteagudo del Castillo, desde donde se divisa el paisaje del Maestrazgo.
Exterior de la ermita del Pilar de Monteagudo del Castillo, desde donde se divisa el paisaje del Maestrazgo.
Heraldo

"Estamos muy ilusionados, la ermita es parte de nuestro patrimonio cultural y ya es hora de que empecemos a recuperarlo", destaca Cabañero. Se cree que la construcción pudo servir de calabozo durante la contienda de 1936, pues su interior conserva inscripciones de un preso. En otras épocas fue también, como explica el regidor, refugio de feriantes que transitaban por la zona y almacén de aperos agrícolas y ganaderos. Además, ha sufrido actos vandálicos.

La restauración ha corrido a cargo de la Fundación Santa María de Albarracín. El santuario es un edificio del siglo XVIII decorado con gran profusión y aire envolvente en su interior, siguiendo el estilo barroco que imperó en aquella época. En sus paredes vuelven a lucir, en tonos grises y azules, las figuras mitológicas que se pintaron hace tres siglos, como pájaros y leones, acompañadas de decoración vegetal. Hay también escudos en relieve de los Tarín, la familia notable que mandó levantar la ermita, que conserva la buena forja de sus ventanas.

La iniciativa de recuperar la ermita partió de la Asociación Cultural de Monteagudo del Castillo, que consiguió reunir 6.000 euros en una colecta popular y obtuvo, además, el apoyo del grupo empresarial Térvalis. Con ello se ha hecho frente a los 60.000 euros que ha costado la intervención. De los gastos de alojamiento y manutención del equipo de restauradores se ha hecho cargo el Ayuntamiento.

El gerente de la Fundación Santa María de Albarracín, Antonio Jiménez, destaca que la ermita pudo perder su uso religioso tras haber sido usada en la Guerra Civil como calabozo. La "falta de músculo social" en la posguerra, debido a la emigración hacia zonas más industrializadas, habría impedido un mantenimiento adecuado del edificio.

La espectacular recuperación de la ermita del Pilar ha animado al Ayuntamiento a intentar restaurar ahora los otros dos santuarios que tiene la población, con apenas medio centenar de vecinos censados.

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