semana santa

Veinte mil tambores atruenan el Bajo Aragón

El ambiente de tardeo y convivencia del Jueves Santo deja paso a una larga madrugada de estruendo. La plaza de España de Híjar fue un hervidero de cofrades que iniciaron el toque a la señal del alcalde llegada la medianoche.

La plaza de Hijar en la medianoche de este viernes en el momento de romper la hora.
La plaza de Híjar en la medianoche de este viernes en el momento de romper la hora.
A. García / bykofoto

Más de 20.000 bajoaragoneses, de nacimiento, origen o sentimiento, han roto la hora esta pasada medianoche en siete de los nueve municipios de la Ruta del Tambor y el Bombo, los siete que celebran esta tradición en la hora que encaja Jueves Santo y Viernes Santo. Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Andorra, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén juntaron el estruendo de sus tambores y bombos en una rompida que todo el Bajo Aragón histórico (cofradías, grupos, tocadores, establecimientos, ayuntamientos y vecinos, en cada una de las villas) se encargó de recordar que es genuina; guarda todas sus esencias.

En palabras del alcalde de Híjar -su Semana Santa es de Interés Turístico Nacional desde 1980-, Luis Carlos Marquesán, «como dice nuestro lema, como siempre, como nunca». Como siempre significa una importante expectación en todo el casco histórico de la población, miles de personas, vecinos, visitantes y oriundos abarrotando los aledaños de la Plaza de la Villa. Como siempre, también, significa que el silencio de los instantes previos a la medianoche es casi tan impactante como el rasgar de los tambores y los bombos en cuanto arranca el Viernes Santo. Marquesán levantó su bastón de mando y despertó de su silencio de un año a miles de tambores y bombos.

Con esa misma esencia, con el silencio imponente previo al estruendo estremecedor, cumplieron la tradición el resto de los municipios de esta rompida, en la Plaza de la Iglesia de Albalate, en la del Ayuntamiento en Alcorisa, en la del Regallo en Andorra… Las plazas mayores del Bajo Aragón histórico afinaron percusiones, «el poder de la tradición», explica el presidente de la Ruta del Tambor y el Bombo, Fernando Galve, una tradición que tiene su corolario este mismo mediodía de Viernes Santo con la rompida universal de Calanda.

Esa esencia comenzaba con las misas de media tarde, y las procesiones posteriores, las del Silencio en Andorra o La Puebla de Híjar, la de la Pasión en Alcorisa o los traslados en Albalate o Samper. A su finalización, la Hora Santa, uno de los momentos de la Semana Santa en el que más se concibe su carácter religioso y espiritual. Los mismos miles de bajoaragoneses que están dispuestos a inundar calles, plazas y carreteras con el grave sonido del tambor y el bombo guardan una hora de introspección, reflexión y silencio para rememorar la agonía y la oración de Jesús en el Huerto de los Olivos, y su posterior prendimiento tras la traición de Judas.

Patrimonio boca a boca

Hasta aquí, el «como siempre». Para contar el «como nunca» hacía falta recorrer los cascos urbanos de todos los pueblos del Bajo Aragón histórico pero no durante las procesiones o en las rompidas, sino varias horas antes, en la sobremesa y el tardeo de un Jueves Santo primaveral en el que las terrazas, las galerías, los escaparates o las propias aceras estaban completamente abarrotadas. «Hay una gran sensación de lleno en todos los pueblos», resume Fernando Galve. Un lleno que no se explica sólo en los hoteles, los hostales o los estacionamientos de caravanas, sino también en las casas de los propios vecinos de cada pueblo.

"A mediodía, la plaza estaba llena de gente como en la misma hora de la rompida", manifestaba el alcalde de Andorra, Joaquín Bielsa. Una especial afluencia que obligó a incrementar y precisar los dispositivos de seguridad y movilidad para tratar de despejar los puntos estratégicos, religiosos e institucionales de cada localidad.

El Bajo Aragón ha decidido que la mejor forma de extender, difundir y promocionar su percusión de Semana Santa, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es abrir las puertas de cada establecimiento, vivienda o espacio que pueda estar abierto durante estos días. Cada uno, acoge a quien puede. Y, entre todos, poner en marcha una campaña boca-oreja masiva y multitudinaria que va a convertir la Semana Santa de este 2023, la primera en completa normalidad post-pandemia, en un punto de inflexión para su definitiva difusión a nivel nacional e internacional.

Ayudan los pequeños detalles, las especiales características de cada grupo, cada cofradía y cada pueblo. En las redes sociales, proliferan imágenes y menciones que reivindican lo más particular de estos Jueves y Viernes Santo. «No solo hay un ‘romper la hora’ que impresiona, sino un abanico de actos que no te puedes perder». La Ruta del Tambor y el Bombo destaca lo llamativo de las escenografías e iconos no religiosos que salpican estos días. Las guardias romanas, las sibilas, la escenificación de la Última Cena y el Lavatorio en La Puebla...

Los nueve municipios de la Ruta del Tambor y el Bombo están ya inmersos en las horas fundamentales de su Semana Santa. Cumplida la tradición la pasada medianoche en siete de ellos, este mediodía le llegará el turno de romper la hora a Calanda. La Semana Santa de la consolidación de la normalidad después de la pandemia está siendo una enorme demostración de que lo de siempre, el sabor de la historia, el patrimonio y la esencia cultural e identitaria es patrimonio que merece la pena guardar, conservar, difundir y enseñar a cuanta más gente, de cualquier origen y condición, mejor.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión