teruel

Atribuyen a perros asilvestrados la muerte de seis ovejas en Castelserás

A los ataques de una pareja de lobos que deambula por el Bajo Aragón, se suman ahora canes cimarrones

Uno de los perros asilvestrados avistados en las cercanías de Castelserás.
Uno de los perros asilvestrados avistados en las cercanías de Castelserás.
Heraldo

Media docena de ovejas resultaron muertas en el último ataque registrado en una explotación ovina del Bajo Aragón, este último en el municipio de Castelserás, a apenas siete kilómetros de Alcañiz. En principio se barajó que se trataría de una nueva incursión de la pareja de lobos que están localizados en la comarca y que han terminado con la vida de medio centenar de reses en varios ataques registrados en Andorra y Alcañiz. Sin embargo, este último incidente de Castelserás tendría otra causa.

Los técnicos medioambientales han determinado de manera preliminar que el ataque de Castelserás no tendría que ver con lobos, sino con algunos ejemplares de perros asilvestrados o con algún cruce particular que merodean por los terrenos entre Castelserás y Alcañiz en los que se ha producido este encontronazo de esta semana. Algunas imágenes tomadas por ganaderos y trabajadores del campo en la zona confirman la existencia de estos animales sin control, de procedencia aún indeterminada pero que llevan ya tiempo teniendo presencia allí.

Algo que no hace sino incrementar la inquietud y el temor entre los ganaderos de la zona, que están pensando en tomar medidas añadidas. Entre las explotaciones al norte del término municipal de Alcañiz ya se vienen realizando algunas batidas nocturnas con alumbrado de vehículos para ahuyentar a los depredadores lejos de las granjas. Y la búsqueda de pastos y alimentos en los prados exteriores por parte de los pastores y sus rebaños ha dejado de hacerse ya en horario nocturno, tal es el miedo a encontrar a los lobos o, como en este último caso, a perros asilvestrados.

Y entre esas medidas añadidas, un trabajo conjunto y continuado entre los ganaderos y los técnicos del Gobierno de Aragón para establecer un plan específico que permita prevenir nuevas incursiones y establecer compensaciones particulares entre las explotaciones del Bajo Aragón. Se trata de un espacio medioambiental que los agentes señalan como destinado a ser cruce de caminos de diversos ejemplares de cánidos provenientes de Castilla y de Francia. La combinación de zonas amplias de cultivo con cierta cantidad de ganado y una presencia del ser humano moderada pero aún no vaciada juegan a favor de un depredador que fija su actividad en las zonas de mayor presencia de presas herbívoras, sobre todo conejos, jabalís y corzos, cuya población se ha multiplicado en los últimos años en el Bajo Aragón.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión