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Las campanas de la Portellada salen de viaje para su restauración

La movilización vecinal permitirá reparar este elemento que ha marcado el ritmo vital de la localidad durante tres siglos.

Unos vecinos posan junto a una de las campanas de la iglesia parroquial.
Unos vecinos posan junto a una de las campanas de la iglesia parroquial.
Heraldo.es

Las campanas de la iglesia parroquial de La Portellada -la Damiana, la Maria i la Javiera (antes Micaela)- han abandonado la población para proceder a su restauración junto con la matraca. Dos campanas fueron fundidas en el siglo XVIII y la más nueva, en 1970, es fruto de la refundición de una pieza contemporánea de las anteriores que se dañó durante la Guerra Civil. El pasado miércoles, tras ser apeadas, viajaron a La Puebla de Alfindén para su restauración.

Los vecinos, encabezados por su alcaldesa, Gloria Serrat, y la comisión gestora creada al efecto han querido poner en valor el patrimonio histórico material e inmaterial para que el sonido de las campanas vuelva a tañer como hace tres siglos.

Los organizadores de la restauración señalan en un comunicado que "gracias a la voluntad de los vecinos se está recaudando el coste de la restauración de las campanas", que correrá a cargo de la empresa Relojes Pallás, de la Puebla de Alfidén, "garantizando la personalidad de las campanas ya que se consideran como piezas de museo protegidas por ser Patrimonio Inmaterial."

La matraca de madera será restaurada por José Micolau, maestro carpintero de la localidad.

La idea de la restauración "hacía años que rondaba por el pueblo y gracias al impulso dado durante la semana cultural de 2022, cuando la antropóloga María Rosa Monreal dio una conferencia sobre un pleito del año 1796, interpuesto por el maestro campanero Antonio Argos por impago de las campanas" el proyecto se aceleró. También contribuyó a poner en marcha la reparación la conferencia sobre la importancia de conservar el patrimonio material e inmaterial de la Comarca del Matarraña de la antropóloga Pepa Nogués y Ana Casasús, técnica de Patrimonio de la Comarca.

Las diferentes actividades realizadas por las asociaciones del pueblo han recaudado fondos y el Ayuntamiento ha realizado gestiones. Finalmente, otro empujón lo dio la UNESCO cuando declaró el 30 de noviembre de 2022, el toque manual de campanas Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

La matraca de la iglesia de La Portellada será restaurada por un carpintero local.
La matraca de la iglesia de La Portellada será restaurada por un carpintero local.
Heraldo.es

Las dos campanas más antiguas son la Maria, fundida en el año 1794 y de la que no consta el constructor aunque puede atribuirse al entorno de la familia Argos de maestros campaneros. La campana más grande, de nombre Damiana, fue fundida por Antonio Argos en el año 1796 en Isla (Cantabria).

La campaña más pequeña, de nombre Javiera, fue refundida en el año 1970 por Carlos Perea, campanero de Miranda de Ebro (Burgos). La pieza original fue creada también por Antonio Argos en el año 1796 y tenía el nombre de Micaela. Fue arrojada desde el campanario durante la Guerra Civil y se agrietó, lo que motivó su refundición.

"Esperamos con impaciencia en el pueblo la pronta colocación de las tres campanas una vez restauradas para volver a disfrutar de su sonido, tal y como se han oído desde finales del siglo XVIII", indican desde la comisión creada para llevar a cabo la intervención.

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