Licitada la redacción del proyecto del hangar para dirigibles estratosféricos en el aeropuerto de Teruel

Las instalaciones necesarias para desarrollar el proyecto de Sceye para la fabricación y lanzamiento de dirigibles a la estratosfera desde el aeropuerto de Teruel costarán 25 millones de euros más IVA, de acuerdo al pliego de condiciones técnicas para la redacción del proyecto del hangar y la nave de producción que precisa la compañía aeroespacial.

El consorcio del aeropuerto de Teruel, formado por la DGA y el Ayuntamiento, acaba de licitar la elaboración del proyecto de las instalaciones destinadas a Sceye, que instalará una planta de producción, lanzamiento y control de zepelines que creará 135 puestos de trabajo directos más 540 indirectos. La compañía, con su sede operativa en los Estados Unidos, lanzará los dirigibles para prestar servicios de telecomunicaciones, control de la contaminación y seguimiento de incendios, entre otros.

El proyecto cuya redacción sale a licitación deberá contemplar un hangar pegado a una nave de producción con capacidad para 140 operarios. El hangar tendrá 184 metros de largo por 74 de ancho y, al menos, 52 de alto, mientras que la nave de montaje anexa tendrá 184 metros de largo por 74 de ancho y 15 de altura. El encargo incluye también proyectar una plataforma de 300 metros de largo por 220 metros de ancho que estará parcialmente pavimentada y en parte tendrá el suelo de zahorra natural.

El trabajo se realizará por un precio máximo de 350.000 euros en seis meses. Según el pliego, las dimensiones del hangar serán suficientes para contener dirigibles de "hasta 160 metros de largo por 40 de ancho". El hangar contará con áreas de trabajo para la ingeniería de las aeronaves y para cargas útiles, mientras que la nave de producción se destinará a la fabricación de dirigibles, pruebas de equipamiento, control de calidad, dirección, almacén y administración.

Sceye prevé iniciar la actividad a finales de 2024 y contar con una plantilla de 45 operarios al primer año de funcionamiento. Los dirigibles, no tripulados y que se desplazarán con energía fotovoltaica –por la noche, con baterías–, volarán a 20.000 metros de altura, en una capa atmosférica situada entre los vuelos de aviones y la órbita de los satélites.