"He bajado a rezar a la capilla de la residencia y nos hemos tenido que ir"

Los 80 usuarios del centro de mayores de Burbáguena, que se encuentran fuera de peligro, han sido distribuidos en otras instalaciones de Gea de Albarracín y Calamocha y con sus familiares.

Fotos del incendio en Castejón de Tornos
Fotos del incendio en Castejón de Tornos
Jorge Escudero

Marina Cebrián Ballestín, de 90 años y natural de la vecina localidad de Tornos, se mostraba tranquila tras las idas y venidas para desalojarla a ella y a las cerca de 80 personas residentes en el centro de la tercera edad de los Hermanos Franciscanos de Cruz Blanca de Burbáguena. "Estaba en la habitación, he hablado con mi sobrina para que estuviese tranquila, he colgado y ya ha subido una trabajadora para decirnos que cerrásemos todo", cuenta.

El avance del fuego se ha quedado, como detallaba el alcalde de la localidad, Joaquín Peribañez, "a unos 200 o 300 metros". "Se ha decidido el desalojo, además de por las llamas, por el peligro que suponía el humo tan intenso y denso", apuntaba. En el pueblo, los vecinos han colaborado tanto con sus tractores y aperos para hacer cortafuegos como con sus vehículos para sacar a las personas, sus medicinas, sillas de ruedas y andadores.

"Luego me he bajado a la capilla para rezar y ya nos hemos tenido que ir", detallaba Cebrián desde el pabellón de la localidad, que ha servido de punto de reunión para distribuir a los ancianos con sus familias o a otros centros de Gea de Albarracín y Calamocha. Lo han hecho ya con transportes adaptados de la Cruz Roja y de los servicios sociales comarcales.

En este espacio, otras veces festivo, se encontraban los mayores, acompañados de responsables de la residencia, de los servicios sociales comarcales, de voluntarios y autoridades. "Estábamos en Báguena, porque vivo allí y tenía fiesta, pero en cuanto me han dicho lo que ha pasado me he venido a ayudar, y como yo mucha gente", explica Rosa Simón, que se desempeña como limpiadora.

El fuego obligó a desalojar de manera preventiva la residencia de ancianos este lunes.

En el bar, cuyo teléfono estaba acribillado a llamadas, se encontraban unos pocos parroquianos, como José Lacruz, de 78 años. "Nunca había visto algo así en toda mi vida", reconoce. Junto a él, Leandro Martín, también vecino del pueblo pero usuario de la residencia y que está noche volverá a su casa decía: "Pensaba que sería una rastrojera y el humo se veía lejos, pero fíjate cuantos kilómetros ha hecho en poco rato", en referencia a los poco más de 10 kilómetros que separan su pueblo del término de Castejón de Tornos, foco del incendio.

Ana Loraque, de Burbáguena pero residente en Calamocha, explicaba que "en cuanto me lo han dicho no lo he pensado dos veces y me he bajado, porque están mis padres, mis tíos y mi hermana" . "Hemos sacado a los abuelos, las sillas y todo al pabellón y hemos ayudado con lo que nos han dicho las asistentas", explicaba.

"Se nos han quemado varias fincas de almendros, sientes impotencia y rabia porque el año pasado hubo otro. Pero son cosas materiales. La cosa es que mi marido y mi cuñado se han ido al fuego con el tractor y la cuba para apagar".

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