Teruel

Siete mil kilómetros en tres días para rescatar de la guerra en Ucrania a su sobrina y una amiga

"Estoy agotado, pero satisfecho con mi acción", dice Juan Manuel Hernández, el vecino de Utrillas que ha realizado el viaje

Osana -con las llaves de la vivienda municipal en la mano- Mane y Karina.
Osana -con las llaves de la vivienda municipal en la mano- Mane y Karina.
Heraldo

Con la huella del cansancio aún en su rostro por el tremendo esfuerzo realizado, Juan Manuel Hernández se fotografía con su sobrina política Osana y la amiga de esta, Karina, en su casa de Utrillas. Más conocido como ‘Mane’ entre sus vecinos, este turolense, prejubilado minero, cogió un coche la tarde del pasado domingo y recorrió en tres días más de 7.000 kilómetros –entre ida y vuelta– para rescatar de la guerra que sufre Ucrania a ambas jóvenes y a tres mujeres más, una de ellas embarazada, que se han quedado en Zaragoza.

“Llegué muerto a Utrillas; estoy agotado, pero satisfecho de lo que he hecho", afirma. “Creo que ha valido la pena –continúa– y volveré a realizar el viaje, si es necesario, en las próximas semanas”. Mane llama a la solidaridad para arropar a los muchos refugiados que huyen del conflicto bélico. “Hay que ayudarles, su país ha sido invadido y nadie merece sufrir una guerra”, explica.

Cuando su esposa, Vitalina, de nacionalidad ucraniana, le pidió que fuera en busca de su sobrina y de su amiga, Juan Manuel no lo dudó, planteándose el viaje como un reto humanitario. Solicitó prestado un vehículo de siete plazas a la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón y se lanzó a la carretera llevando como único equipaje 140 bocadillos de jamón y algunas latas para dejar en Ucrania. En su odisea, costeada de su bolsillo, ha detenido el coche solo "lo justo" para descansar y seguir conduciendo con seguridad.

Las dos jóvenes se encontraban en Kiev el pasado sábado y lograron salir de la capital de Ucrania, cuando comenzaban los bombardeos, cogiendo un tren que las llevó hasta la frontera con Polonia, donde fueron recogidas por Juan Manuel. El viaje se alargó porque, cuando ya llevaban 300 kilómetros en dirección a España, Mane tuvo que volver a Cracovia (Polonia) en busca de tres mujeres que pedían ayuda para salir de Ucrania y de las que tuvo noticias por Vitalina, que vio su mensaje de socorro por las redes sociales.

Todas ellas han dejado atrás a sus familiares y quizá por eso y por el terror vivido durante los bombardeos "han tenido la mirada ausente durante todo el viaje", relata Mane.

Osana y Karina se instalarán este viernes en una de las tres viviendas municipales que el Ayuntamiento de Utrillas ha puesto a disposición de los refugiados ucranianos que lleguen a la localidad minera. El Consistorio ha abierto las puertas a las víctimas de esta guerra y ha acondicionado para el mismo fin su Residencia de Investigadores, con 40 camas y una cocina-comedor.

Así lo explica el acalde de Utrillas, Joaquín Moreno, quien añade que en el próximo pleno municipal se habilitará una partida de 6.000 euros para afrontar los gastos corrientes que permitirán a los recién llegados llevar una vida lo más normal posible.

Moreno se implicó personalmente en el traslado de Osana y Karina, pues llamó cada ocho horas a Juan Manuel para saber si todo discurría con tranquilidad y si precisaba algún tipo de ayuda. “La guerra ha cambiado sus vidas; estamos obligados a acogerlos”, dice el alcalde.

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