El Obispado, dispuesto a regalar la iglesia de Camarillas al Ayuntamiento para que se consolide

El Ayuntamiento de Camarillas reclama al Obispado de Teruel que intervenga de inmediato para consolidar los restos de la iglesia de la Virgen del Castillo, en ruinas desde 1985 y que amenaza las casas del vecindario y también la travesía de la localidad. El céntrico emplazamiento del templo parroquial preocupa al Consistorio y también a la Diócesis, incapaces con sus propios de recursos de afrontar el saneamiento y estabilización. El edificio fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1982, pero a raíz del derrumbamiento de la cubierta tres años después, es poco más que un montón de escombros, con la única salvedad del campanario, que sigue en pie.

El Obispado se muestra abierto a ceder gratuitamente el templo al Ayuntamiento para que, de este modo, pueda invertir en su consolidación al asumir la propiedad. El delegado de Obras de la Diócesis, José Alpuente, explica que el Obispado está "dispuesto a ceder la propiedad gratis" al Consistorio para facilitar su intervención.

La alcaldesa, Rosa Cirugeda, insta a la Iglesia a desescombrar el templo y sanearlo para evitar derrumbamientos que puedan caer sobre casas cercanas o sobre la carretera que discurre a los pies del edificio. Cirugeda recuerda que el estado en que se encuentra el monumento "tiene mucho peligro y además está en medio del pueblo". La alcaldesa considera que debería ser el Obispado el encargado de asegurar el edificio y no traspasarlo al Ayuntamiento para que asuma esta responsabilidad.

La consolidación del voluminoso templo podría ascender a un millón de euros, según una estimación municipal. La memoria redactada para optar, sin éxito, a la financiación del Fondo de Inversiones de 2019 preveía una inversión mínima de 400.000 euros, aunque Rosa Cirugeda cree que el coste real será muy superior. Recuerda que, cuando se producen fuertes temporales, hay derrumbamientos interiores y también caídas de cascotes y piedras en el exterior.

También el Obispado es consciente del peligro que entraña el estado de la iglesia, que es "preocupante" a juicio de José Alpuente. El delegado de Obras admite la impotencia de la Diócesis para afrontar el coste de la estabilización de las ruinas. "No podemos afrontar esa obra por falta de medios", reconoce.

La única intervención realizada en el templo tras su desmoronamiento en 1985 fue la reparación del campanario en los años noventa del siglo XX con una inversión de unos 48.000 euros. Como recuerdo de aquella reparación, la torre permanece íntegra y a sus pies se amontonan sillares numerados de otras partes del inmueble a la espera de su reposición.

El templo fue declarado Monumento Histórico Artístico –equivalente a Bien de Interés Cultural– por su singularidad. Se trata de una iglesia de estilo barroco levantada en el siglo XVIII. Solo tres años después de conseguir la catalogación por su excepcional valor artístico, la cubierta se desmoronó arrastrada por el hundimiento de las columnas que soportaban el cimborrio.