Hotel Villa de Utrillas: “Si nuestra principal clientela fueran los turistas, hubiéramos tenido que cerrar”

A pesar de que la mayoría de sus huéspedes son trabajadores, desde que empezó la pandemia, la facturación ha caído en un 30%, con muchos fines de semana sin huéspedes.

Ana Moreno es una de las hijas de los fundadores del Hotel Villa de Utrillas, del que ahora está al frente.
Ana Moreno es una de las hijas de los fundadores del Hotel Villa de Utrillas, del que ahora está al frente.
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Aunque por suerte la principal fuente de ingresos del Hotel Villa de Utrillas son trabajadores, y no turistas, el negocio también está sufriendo las consecuencias de la pandemia. Lleva abierto 25 años y su actual encargada, Ana Moreno, hija de los fundadores, asegura que nunca habían pasado una etapa como esta. “Es la peor crisis que hemos pasado en la historia del hotel”, dice.

De lunes a viernes la clientela se va manteniendo más o menos constante pero los fines de semana, el hotel se queda desierto. “Aunque nuestro fuerte nunca han sido los turistas, en épocas normales, ayudaban a mantener buenas cifras todo el año”, explica Ana. Pero desde que estalló la pandemia, apenas hay rastro de visitantes que quieran pasar la noche en la localidad. “Muchos de los que se animan a viajar vienen a pasar el día y vuelven a dormir a su casa”, comenta.

Esto ha supuesto que en el último año, desde marzo de 2020, la facturación del Hotel Villa de Utrillas haya bajado en un 30%. Un descenso de los ingresos que no corresponde con los gastos, que incluso han subido. “Con la que está cayendo es imposible vivir así, mantener a los empleados, hacer frente a todos los pagos… Si nuestra principal clientela fueran los turistas, hubiéramos tenido que cerrar el hotel”, asegura.

Una situación a la que, en su opinión, las instituciones no están ayudando en prácticamente nada. “Culpan de todo a la hostelería y al ocio pero somos establecimientos seguros. En nuestro caso, ionizamos el ambiente del interior a diario, ventilamos continuamente, respetamos las distancias, tenemos aforos reducidos…”, relata. “Hacemos todo lo que está en nuestra mano pero por parte de la Administración, algunas cosas son un despropósito”, dice. “Necesitamos que el Gobierno presente una serie de medidas coherentes, con tiempo suficiente para que podamos aplicarlas y ponga facilidades”, dice.

La mayoría de turistas son de fuera de Aragón

Desde que abriera sus puertas, en el año 97, el Hotel Villa de Utrillas ha ido creciendo poco a poco. En aquella primera etapa, las Cuencas Mineras no eran destino turístico pero la importante actividad económica de la zona llenaba el establecimiento de trabajadores de fuera.

Esta dinámica se ha mantenido igual, aunque con el refuerzo en los últimos tiempos del turismo. Pero, como sucede en casi toda la provincia de Teruel, la mayoría de estos visitantes llegan de fuera de Aragón. “Sobre todo de Valencia, Tarragona, Barcelona y Madrid”, apunta Ana. Las restricciones de movilidad impiden a estos huéspedes viajar a Utrillas pero, por su parte, desde hace un tiempo se van recibiendo a más clientes de la Comunidad Autónoma.

Entre este goteo y los trabajadores que ocupan el hotel de lunes a viernes, el negocio de la familia Moreno va capeando el temporal. A ello también ha contribuido una situación financiera saneada. “Estamos aguantando gracias al colchón económico que teníamos de tantos años de trabajo”, asegura Ana.

Aun así, durante los primeros meses del confinamiento total, cuando el hotel tuvo que cerrar, toda la plantilla estuvo en un Erte. Son entre 8 y 9 personas de las que, actualmente, se han incorporado de nuevo a su puesto de trabajo casi todas, pero poco a poco. “Vamos organizándonos según la demanda y cuando hay más movimiento, contratamos a algún extra. Pero siempre controlando y bajo mínimos, para que el gasto no se dispare”, explica.

El servicio de alojamiento se ofrece en 24 habitaciones, una tercera parte de ellas dobles, y también se cuenta con restaurante, con posibilidad de alojarse en régimen de pensión completa. Además de para los huéspedes, se preparan menús del día entre semana y también hay opciones los sábados y domingos para el público en general. A raíz de la covid, además, se han lanzado con la comida para llevar. “Al principio funcionaba mejor, pero ahora vamos notando que la gente está ya un poco aburrida del take away y lo que quiere es socializar y salir”, asegura Ana.

Disponer de terraza en el exterior también les ha salvado, sobre todo los meses de más restricciones, cuando solo se podía prestar servicio al aire libre. “De todas formas, el clima en Utrillas en invierno no es muy agradable y hemos llegado a estar con solo el 50% de aforo”, recuerda Ana.

Consciente de la gravedad de la pandemia (ella misma ha pasado la covid), Ana lamenta que se criminalice a la hostelería. “Esa no es la solución. Soy la primera interesada en garantizar la seguridad de los clientes, y así lo hacemos en el hotel, pero cada vez nos encontramos con más piedras en el camino”, comenta.

A pesar de todos estos impedimentos, se muestra optimista y comienza a ver la luz al final del túnel. “Tenemos muchas ganas de que la situación cambie y de poder volver a llevar el negocio sin ataduras y movidos por nuestras reglas, no por las del virus”, dice. Mientras tanto, el Hotel Villa de Utrillas, el único de la localidad, no ha cerrado las puertas prácticamente ni un solo día desde finales de mayo. Y eso que en más de una ocasión, hubiera sido más rentable no abrir para ahorrar en gastos. 

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