El coro y los púlpitos de la iglesia de San Pedro, protegidos contra la carcoma

La Fundación Amantes acomete un tratamiento integral de control de plagas.

Uno de los púlpitos y el coro, al fondo, objetos del tratamiento contra la carcoma.
Uno de los púlpitos y el coro, al fondo, objetos del tratamiento contra la carcoma.
Antonio García/Bykofoto

La madera centenaria de los púlpitos y la sillería del coro de la iglesia turolense de San Pedro brilla libre de insectos xilófagos. La Fundación Amantes ha concluido recientemente un tratamiento de control de plagas centrado en estos elementos del interior del templo, de decoración neomudéjar, que se encontraban invadidos por la carcoma.

Ha sido un proceso largo, en el que se ha utilizado un sistema de control térmico, mediante el uso de elevadas temperaturas y el embolsado de las piezas a tratar. El método evita la utilización de productos tóxicos que podrían dañar los bienes patrimoniales, además de ser perjudicial para la salud y el medio ambiente.

El tratamiento preventivo anti ácaros forma parte de la primera fase de un proyecto de restauración de los bienes muebles de San Pedro, piezas en las que no se había llevado a cabo una intervención integral desde hace lustros. La gerente de la Fundación, Rosa López Juderías, aclaró que la importante actuación que se llevó a cabo hace trece años en el edificio religioso se centró, principalmente, en el apartado arquitectónico, por lo que quedaba pendiente la recuperación de estas piezas de madera de gran valor artístico.

Fondo de Inversiones

El Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) de 2017 ha financiado el tratamiento contra los xilófagos (insectos comedores de madera) con una partida de 3.600 euros.

Rosa López Juderías anunció que la Fundación baraja la idea de acometer un proyecto de restauración integral de todos los retablos de la iglesia. No obstante, la falta de fondos obliga a poner en marcha esta iniciativa por fases, "a medida que dispongamos de financiación", explicaba la gerente.

Admitió que las diferentes capillas del templo no han sido objeto de intervenciones integrales en mucho tiempo. Solamente el espectacular retablo Mayor fue restaurado hace once años por los expertos de la Fundación Santa María de Albarracín. Esta medida dio una brillantez nunca vista a la más valiosa obra de la iglesia, una pieza tallada en el siglo XIV en madera de pino en el taller del francés Gabriel Yoly.

Del mismo autor es el dedicado a San Cosme y San Damián, uno de los primeros retablos del conjunto patrimonial de San Pedro que serán recuperados por su gran interés artístico y por ser en esta capilla donde se localizaron los restos de los Amantes. La pieza ya ha sido desmontada y trasladada al taller de restauración de la Fundación Santa María de Albarracín para acometer los trabajos necesarios.

El gerente de esta entidad cultural, Antonio Jiménez, manifestó su intención de emprender en primer lugar un tratamiento preventivo contra la carcoma. Agregó que el retablo, tallado en el siglo XIV, presenta un estado "preocupante", por albergar "un foco activo de xilófagos que puede contaminar a otras piezas". A juicio del gerente, este es el caso "más grave" de infestación de toda la iglesia de San Pedro.

Jiménez sostiene que se considera "prioritario" acometer este proceso previamente a otras medidas. El tratamiento deberá prolongarse durante dos meses, ya que, según explicó, en este caso no se puede utilizar un sistema térmico por ser perjudicial para la conservación de las policromías de las esculturas. En el control de plagas y la posterior restauración del retablo se invertirán 31.500 euros, procedentes del Fite de 2017.

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