Más de diez mil personas se vuelcan con el aeropuerto en la jornada de puertas abiertas

Los accesos al complejo registraron retenciones de hasta 11 kilómetros y esperas de dos horas.

El público pudo desplazarse por una plataforma de 70.000 metros cuadrados habilitada para albergar a los aviones.
El público pudo desplazarse por una plataforma de 70.000 metros cuadrados habilitada para albergar a los aviones.
Antonio García/Bykofoto

Los turolenses se movilizaron este domingo en masa para conocer de cerca el aeropuerto de Teruel, unas instalaciones de carácter industrial que desde hace cinco años han venido contemplando con asombro tras ver despegar y aterrizar a numerosos aviones de gran fuselaje sin que de ellos descendiera un solo pasajero. Más de 10.000 personas pudieron este domingo, al fin, acceder a las entrañas de la plataforma aeroportuaria turolense, saber a qué se dedican la docena de empresas asentadas en el complejo y, de paso, tocar y subir a aeronaves icónicas del Ejército del Aire.

Todo fue posible durante una jornada de puertas abiertas que se desarrolló para conmemorar el V aniversario del centro aeroportuario, un espacio que ha cambiado por completo el concepto de los aeropuertos españoles y que, como dijo el presidente del Consorcio que lo gestiona, el consejero José Luis Soro, "es un caso único que dentro de unos años será objeto de estudio".

Antes de acceder, no obstante, los visitantes tuvieron que soportar hasta 11 kilómetros de retenciones, que afectaron tanto a la carretera autonómica A-1512, en dirección a Albarracín, como a la nacional 234. Entre las 11.00 y 12.00, el momento de mayor afluencia, La Guardia Civil se vio obligada a desviar el tráfico hacia la localidad de Cella debido al atasco de más de dos horas que sufrieron los vehículos. En el complejo aeroportuario, un parquin dio cobijo a más de 3.000 coches.

Las retenciones, bastante insólitas en Teruel, se vivieron, sin embargo, sin agobios, con la ilusión de poder pisar, "palpar", como dijo la alcaldesa Emma Buj, el trabajo que se desarrolla en las campas y hangares. Incluso, el tiempo dio tregua para que la efeméride tuviera lugar sin problemas, mediante un día soleado que solo se enturbió con una gran tormenta poco antes de cerrar las instalaciones.

En una plataforma de 70.000 metros cuadrados esperaban a los visitantes un Hércules y dos aviones de combate F-18 procedentes de la Base Aérea de Zaragoza, las grandes atracciones de la jornada. El Ejército del Aire colaboró, asimismo, con un simulador de vuelo y un lanza misiles, que se transportaron en la panza del Hércules, un avión para cuya visita el público tuvo que guardar colas de hasta una hora y media de espera. El comandante de aeronave, Juan Silva, confesó que la cabina, un espacio sobre-elevado, fue lo que más llamó la atención del avión del Ejército, capaz de transportar hasta 20 toneladas de carga. Y recordó que esta misma aeronave participó "en una misión de evacuación de ciudadanos españoles en Libia".

El presidente aragonés, Javier Lambán, no quiso perderse la celebración, y, junto a los consejeros José Luis Soro, Mayte Pérez y Vicente Guillén, y la alcaldesa de Teruel, Emma Buj, se confundió entre el público para acceder a algunos de los aviones. Lambán se mostró seguro del "futuro esplendoroso" que le espera al aeropuerto de Teruel, un recinto que, a su juicio, se ha convertido "en una fuente de riqueza, de creación de empleo y innovación". Dentro de un Boeing 767, el gerente de Tarmac Aragón, Abdón Beitia, explicó a las autoridades el trabajo de chequeo intensivo al que está siendo sometiendo este aparato, que, después de permanecer tres años estacionado, va a volver a volar tras haber invertido en las labores de puesta a punto más de 6.000 horas de trabajo con un total de 15 operarios entregados a esta tarea. Beitia recordó que la plantilla de su empresa, inicialmente cubierta íntegramente por especialistas de fuera de Teruel, cuenta ahora con la mitad del personal procedente de la provincia. Tarmac emplea a 107 trabajadores.

Los visitantes se interesaron por los detalles de los grandes aparatos de Tarmac, las avionetas de la escuela de vuelo Flyng Time Aviation que opera desde Teruel y de los helicópteros de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Sara, de Luesia (Zaragoza), que viajó el complejo junto a su familia, remató su visita diciendo estar "admirada de las dimensiones comerciales" adquiridas por el aeropuerto de Teruel.

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