El público llena Fuente Cerrada en la fiesta del Sermón y echa de menos el bar y más aseos

El Ayuntamiento montó tres cabinas con baños portátiles pero se quedaron cortas en un día de afluencia masiva.

El público llena Fuente Cerrada en la fiesta  del Sermón y echa de menos el bar y más aseos
El público llena Fuente Cerrada en la fiesta del Sermón y echa de menos el bar y más aseos

Las calles vacías de Teruel y los comercios y bares cerrados a cal y canto contrastaron ayer con el bullicio del parque de Fuente Cerrada, repleto de público con motivo de la fiesta del Sermón de las Tortillas, que tiene su principal manifestación en las comidas campestres. Los miles de turolenses que eligieron el principal espacio verde de las afueras de la capital como lugar para pasar la jornada se tropezaron con la desagradable sorpresa de que la cafetería estaba cerrada y los servicios públicos anejos, también. Las tres cabinas de aseo montadas por el Ayuntamiento se quedaron cortas para la multitudinaria afluencia de vecinos a esta zona de esparcimiento.


Las críticas al cierre de la cafetería del Fuente Cerrada y, sobre todo, por la escasez de servicios portátiles fueron reiteradas. Muchos de los presentes desconocían que el Consistorio hubiera dispuesto servicios provisionales tras el cierre del bar –ordenado hace dos meses por el impago del canon al Ayuntamiento por el arrendatario–. Otros señalaron que debería haberse reforzado la oferta en una fecha en la que esta zona de esparcimiento registra la mayor afluencia de visitantes de todo el año.


Para Carlos Llanos, uno de los turolenses que eligió Fuente Cerrada para pasar el día, el número de cabinas de aseó debería haberse duplicado, cuando menos. Evaristo Hinojosa, otro vecino, señaló que, por falta de información, ni él ni sus compañeros de mesa se habían enterado de la instalación de los servicios provisionales.


Otro turolense explicó que el cierre del bar no es demasiado importante en un día en el que priman las comidas campestres de familias o grupos de amigos, pero consideró "una lástima" que falten servicios básicos en un parque que se amplió recientemente y que "quedó muy bien para que todo el mundo lo pueda disfrutar".

A pesar de las carencias, el parque estuvo lleno de público desde primera hora de la mañana. Un grupo de amigos explicó que se desplazaron al parque la noche del lunes para reservar una mesa y cuando llegaron "estaba casi todo ya reservado". Un hombre que preparaba la comida junto a una caseta de fogones indicó que llegó a Fuente Cerrada a las tres de la madrugada para asegurarse un lugar para comer con los amigos.


Conseguir una mesa fue prácticamente imposible a partir de las ocho de la mañana y todavía más difícil disponer de un hueco en los fogones. Afortunadamente, primó el espíritu de colaboración y los cocineros preparaban la comida por turnos. Aunque, tradicionalmente, las tortillas ocupaban un lugar destacado en los menús, actualmente predominan los platos de arroz y la carne a la brasa.


Tras la merienda en los alrededores de la ciudad, la fiesta se trasladó a la Plaza de Toros, donde hubo suelta de vaquillas y, después, discomóvil hasta la madrugada para los incansables.