Caravana verde

La familia del voluntariado verde

Estudiantes de Ciencias ambientales, Ingeniería y Relaciones laborales, entre los integrantes de la Caravana universitaria por el Clima.Este martes, el autobús se desplazó a Alcorisa y Calanda. Hoy miércoles estará en Alagón y Tauste.

Caravana verde de la UZ
Caravana verde de la UZ

Con un “¡buenos días caravaneros!” el grupo de voluntarios de la Universidad de Zaragoza partía en autobús, a las ocho de la mañana, desde el edificio Interfacultades hacia tierras turolenses. La Caravana Verde, que el lunes inció su recorrido en Ateca y Ariza, se dirigió este martes rumbo a Calanda y Alcorisa. Los más de sesenta voluntarios madrugaron para lanzar el mensaje de la sostenibilidad a los vecinos de estas localidades. Como es habitual visitaron colegios, institutos y asociaciones como hogares del jubilado o amas de casa.


Si hay una palabra para definir al voluntariado, esa es “familia”. La mayoría de los voluntarios son estudiantes de Ciencias Ambientales con sede en Huesca, pero también los hay procedentes de diferentes grados como Relaciones Laborales, diversas Ingenierias o Administración de Empresas. Ana Samperiz, la coordinadora, está dentro de este grupo. “Para mi -dice- es una experiencia que vale mucho”. Ana confiesa que el medio ambiente es su gran pasión y que poder dedicarse a esto es un sueño. Actualmente trabaja de becaria para la Oficina Verde que dirige Lucio de la Cruz. “El primer año no se llenaba el autobús, pero ahora hay hasta lista de espera” . Su sonrisa y amabilidad indican que está implicada en este proyecto.


El martes fue para Azucena Alonso, estudiante de Relaciones Laborales, su primer día de voluntaria. Azucena acude porque le interesa mucho la temática medioambiental, aunque reconoce que eligió formar parte de la caravana por los créditos que esta aporta. Ana se enteró de la existencia de la Caravana a través de internet, y decidió acudir. ”Es un ambiente muy dinámico”, dijo la joven principiante. Su impresión es muy buena y no repara en alabanzas hacia sus compañeros: “están muy involucrados y la acogida ha sido muy buena”.


Elena Ceacero viene desde Huesca, y lo hace “por vocación y por lo gratificante que me resulta el trabajo con los niños". Elena es una de las encargadas de inculcar hábitos responsables sobre la naturaleza a los pequeños. Lo cierto es que para los voluntarios la tarea es muy enriquecedora; los niños se han mostrado muy participativos y no han parado de aportar ideas y de decir todo aquello que se les pasaba por la cabeza con la inocencia y gracia características de la edad.


El día ha estado marcado por el buen ambiente y compañerismo combinado con un sentimiento de familia y grupo. Prueba de ello ha sido el buen rollo del autobús, cuando a la vuelta (todos mucho más despiertos), contaban chistes, hacían bromas y cantaban para amenizar el trayecto. Miguel Angel Romeo "Mikel", el conductor durante tres años, no duda en destacar “la unión del grupo y el hecho de que lo hagan todo de forma voluntaria”. Mikel, entre risas, no dudó en afirmar que "hay competitividad sana, pero dura” entre los grupos de trabajo de voluntarios.


En esta ocasión, el clima permitió que todos aquellos que se acercaron a la carpa informativa pudiesen ver el funcionamiento de las cocinas solares y demás experimentos, incluso llegaron a degustar las salchichas y otras delicias que los voluntarios cocinaron.


El dia finalizaba a las ocho de la tarde con la llegada del autobús a la Ciudad Universitaria de Zaragoza. Atrás queda una intensa y gratificante jornada. A domir para estar preparados para una nueva expedición. Este miércoles, los voluntarios pondrán lo mejor de su experiencia y su buen hacer para extender su mensaje ,edioambietnal en Alagón y Tauste.