Una gran granizada deja 4 personas atendidas por hipotermia y provoca caos circulatorio en Teruel

Un hombre atrapado con su coche en un paso inferior y los tres bomberos que acudieron a rescatarlo tuvieron que salir nadando y soportaron temperaturas gélidas.

Cuatro personas, un hombre que quedó atrapado con su coche bajo el puente de la Moratilla y los tres bomberos que acudieron a rescatarlo, tuvieron que ser atendidas anoche en el hospital Obispo Polanco de la capital turolense a causa de la hipotermia que sufrieron a raíz de la fuerte tormenta de granizo y agua caída en la ciudad a partir de las 21.00. A última hora de este viernes, todos ellos permanecían en el centro hospitalario bajo cuidados médicos si bien se encontraban mejor y no se esperaba que surgieran complicaciones, según informaron fuentes del cuerpo de bomberos de la Diputación Provincial de Teruel.

El conductor del vehículo se vio sorprendido por una avenida de agua cuando circulaba bajo el puente de la Moratilla, un paso muy estrecho por debajo de las vías del tren que se encuentra a un nivel inferior al de la calzada. El agua, que alcanzó una altura de 1,80 metros, hizo flotar el coche, dejándolo atrapado contra el techo. Los bomberos que fueron a ayudar al chófer tuvieron que nadar durante media hora para socorrer al hombre y todos ellos soportaron la humedad y las bajas temperaturas del agua gélida durante un buen rato. Aunque no es la primera vez que en este puente se queda atascado algún vehículo, pues el agua se embalsa con facilidad en el camino, nunca hasta ahora habían tenido que intervenir los bomberos ante un peligro evidente.

Una granizada tiñe de blanco la plaza del torico

Medio metro de pedrisco

Las consecuencias de la impactante granizada que descargó ayer en la capital turolense no quedaron ahí. La tormenta colapsó el tráfico en algunas de las calles más importantes de la ciudad, como las rondas de Dámaso Torán y Ambeles y la Rambla de San Julián. En esta última, una gruesa capa de pedrisco, que en algunos puntos alcanzó hasta 50 centímetros de espesor, atrapó en pocos minutos a una decena de vehículos generando un gran caos circulatorio y poniendo en serios aprietos a sus conductores.

Al cierre de esta edición, vecinos del barrio de San Julián trabajaban con palas, escobas y otros instrumentos para poder retirar el hielo acumulado en la calzada y permitir la salida de los vehículos atascados. Caminar por las aceras, totalmente cubiertas de pedrisco, resultó imposible en este populoso barrio turolense hasta que el chaparrón que siguió a la pedregada contribuyó a deshacer el hielo.

En el resto de la ciudad, también las calles estaban impracticables, con las aceras llenas de granizo y de hojas y ramas caídas de los árboles por la fuerza de la piedra. Además, muchos coches aparcados sufrieron daños en los cristales y en la chapa, mientras que las alcantarillas se desbordaron en la avenida de Zaragoza debido a la tromba de agua.

Los bomberos tuvieron que achicar agua de varios garajes y durante dos horas no dieron abasto con las múltiples llamadas que recibían de vecinos afectados de una u otra forma por la tormenta. El agua caía en una cascada espectacular de al menos veinte metros de altura desde el puente de la Reina a la calle Bajo los Arcos.

Accidente en la A-23

También en la autovía Mudéjar o A-23 a su paso por Teruel se produjeron retenciones al detenerse bajo un puente decenas de coches que circulaban tanto en sentido Valencia como Zaragoza y que optaron por ponerse a salvo del pedrisco ante la repentina tormenta. A los pocos minutos de empezar a granizar, esta carretera registró un accidente en el que se vieron implicados cinco vehículos con el balance de dos heridos leves que fueron atendidos en el hospital Obispo Polanco.

Al parecer, los coches colisionaron por alcance en cadena, debido a la escasa visibilidad que reinaba y al carácter resbaladizo que adquirió la calzada. La pedregada comenzó en torno a las 21.00 y sobre las 22.00 la situación estaba normalizada en la A-23, informaron fuentes oficiales de la Guardia Civil de Tráfico.

El pedrisco, muy abundante, rompió el tejado de uralita de un establecimiento comercial de grandes dimensiones en el polígono industrial La Paz, a 4 kilómetros del casco urbano, lo que hizo que el agua entrara al interior, al igual que ocurrió en otras empresas del entorno. Este área industrial quedó cubierta de blanco en pocos minutos y apenas era posible circular por sus viales.

La tormenta, que comenzó a descargar piedra sobre las nueve de la noche y se mantuvo con intensidad durante media hora, dejó más de 35 litros de agua por metro cuadrado y redujo bruscamente la temperatura, que pasó de los 24 grados a las 18.00 -la máxima de Aragón- a solo 8 grados a las 22 horas -una de las mínimas registradas en la Comunidad Autónoma-. La lluvia continuó hasta pasada la media noche.

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