La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, ha dado portazo este lunes a la posibilidad de irse a Madrid tras los comicios del 20-N, si el PP resultara ganador de los mismos. Sin embargo, ha sido un portazo relativo, porque Rudi ha hecho una afirmación, entre risas, que puede tener dos lecturas. Una, que en el caso de que Mariano Rajoy la reclamara, la negativa por respuesta podría estar fuera de las posibilidades. Otra, que ella no tendría la posibilidad de negarse porque Rajoy, simplemente, no la va a llamar.

“No voy a figurar en las listas electorales para los próximas elecciones", ha afirmado taxativa Rudi. "He reiterado hasta la saciedad que mi compromiso con el Gobierno de Aragón es para cuatro años", ha dicho Rudi.

"Tampoco sé si iba a tener la posibilidad de negarme", ha añadido sorprendentemente y entre risas Rudi, "posiblemente no", ha continuado. Esta declaración de la presidenta aragonesa puede leerse en dos direcciones. Puede hacer referencia, por un lado, a que Mariano Rajoy no aceptaría una negativa de Rudi a formar parte de un gobierno central, en el caso de que el PP ocupara La Moncloa tras el 20-N. Por otro, la presidenta aragonesa podría haber aludido a que el candidato 'popular' a presidir el Gobierno no piensa en contar con ella. Rajoy, pese a estar presente en el acto, no ha hecho ninguna declaración al respecto, ni en un sentido ni en otro. Tampoco ha admitido preguntas.

La actual presidenta aragonesa ya sabe lo que es dejar un cargo en Aragón tras ser llamada a filas por los dirigente de su partido en Madrid. En 2000, cuando ocupaba la alcaldía de Zaragoza, que había recuperado para el PP en 1995 tras estar cerca de dos décadas en manos socialistas, José María Aznar, ganador de los comicios del años 2000, requirió a Rudi, intíma amiga suya, para ser la cabeza de lista popular al Congreso por Zaragoza, por lo que tuvo que dejar la alcaldía de la capital aragonesas.

Tras obtener un escaño en la Cámara Baja, Rudi fue elegida presidenta de la misma, convirtiéndose así en la primera mujer en ocupar dicho cargo, en el que permaneció hasta el año 2004, cuando el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero se hizo con el Gobierno y colocó en la presidencia de la Cámara al socialista Manuel Marín González.

De resultar vencedor de las elecciones generales, el PP podría configurar un gobierno central a su antojo, teniendo en cuenta que el panorama político autonómico actual, le favorece hasta extremos insospechados. Con 11 – más Ceuta y Melilla – de las 17 comunidades autónomas en su poder, el PP no tendría que preocuparse por tener 'barones' y 'baronesas' regionales fuertes y los mejores podrían estar en Madrid.

Entre los presidentes autonómicos, hay varios que ya podrían tener asegurada su presencia en un hipotético gobierno popular, como es el caso de María Dolores de Cospedal, actual presidenta de Castilla-La Mancha y Secretaria General del PP, y otros a los que se podría poner la etiqueta de 'poco rodados' políticamente hablando, como el extremeño José Antonio Monago o el cántabro Ignacio Diego.

Seguro que Rajoy, si obtiene la victoria, tirara de 'populares' con méritos y en este sentido hay que tener en cuenta que considerablemente opuesto a los 'currículum vítae' políticos de Monago y Diego es el de la presidenta aragonesa, que además de haber ostentado los cargos de alcaldesa y presidenta del Congreso de los Diputados, ha sido parlamentaria a nivel nacional y a nivel autonómico en Aragón desde los años 80.