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Renfe pierde viajeros en todas las líneas regionales de Aragón, salvo en la de Monzón

La mayor sangría se concentra en el corredor de Canfranc, donde la venta de billetes se ha reducido casi un 40% en lo que va de año. La media de algunos servicios no llega ni a veinte viajeros por tren

Los viejos trenes retirados de Cataluña seguirán en servicio por todo Aragón
Renfe pierde viajeros en todas las líneas regionales de Aragón, salvo en la de Monzón
ESTHER CASAS

Los trenes regionales de Aragón van cada vez más vacíos sin que la compañía que los explota, Renfe, ni la Administración que los subvenciona, el Ejecutivo aragonés, adopten ningún tipo de medida para paliarlo. Todas las líneas han perdido a cientos o miles de usuarios en lo que va de año, salvo la que enlaza Zaragoza, Monzón y Lérida, la excepción que confirma la regla entre los trece servicios de Media Distancia que se prestan en la actualidad.

 

Los horarios, la antigüedad del material ferroviario y la escasa competitividad con la carretera por los tiempos de viajes son alguna de las razones que explican el retroceso del ferrocarril convencional, según los expertos consultados por este diarios y los sindicatos ferroviarios.

En total, los trenes regionales de Renfe dieron servicio a 1,1 millones de personas en el primer semestre del año, un 5% menos que en el mismo periodo de 2008, sin contar el Regional Exprés que comunica Zaragoza con Madrid a diario. Las cifras de explotación son testimoniales en casi todas las líneas, salvo en la de Barcelona (que circula por la vía de Caspe): solo con sus 658.582 usuarios supera a los que suman el resto de líneas de la Comunidad. La segunda más utilizada es la de Logroño, con 135.567, y la tercera, la de Valencia-Zaragoza, pero ya con solo 67.853 pasajeros.

 

En algunos enlaces no se llega a ocupar ni un tercio de las plazas disponibles, como evidencia la estadística oficial. Los viejos trenes diésel 'Tamagochi' que cubren el trayecto Valencia-Teruel viajan con un promedio de 20 personas, al igual que los TRD que unen Zaragoza y Jaca. En ambos casos, han llevado poco más de 7.000 personas en seis meses.

 

La sangría de viajeros es especialmente preocupante en el corredor entre Zaragoza y Canfranc, donde la venta de billetes se redujo casi un 40% en el primer semestre del año. De las 44.755 personas que se subieron al tren entre enero y junio de 2008 se ha pasado a tan solo 27.404 en el mismo periodo de 2009. Y la fuga de usuarios todavía es mayor en uno de los recorridos oscenses, el que une Zaragoza y Jaca, que solo ha captado a un tercio: de transportar a cerca de 25.000 viajeros en el primer semestre de 2008 a poco más de 8.000 este año, como recogen los datos oficiales. Sin ir más lejos, el jueves por la tarde, el TRD llegó a la estación de Delicias con cinco viajeros, a los que sumaron otros cuatro que se bajaron en El Portillo.

 

Ni siquiera ha ayudado la mejora del tramo Caldearenas-Jaca, puesto que los trenes siguen circulando a una velocidad máxima de 70 km/h al no haberse tocado el trazado, ni tan siquiera corregidas las curvas. Esto se traduce en unos tiempos de viajes excesivamente largos: los viejos trenes diésel 'Tamagochi' tardan cuatro horas en subir a Canfranc, cuando por carretera solo hay que emplear menos de dos horas.

 

Las cifras de explotación de la línea turolense tampoco son positivas. Se ha perdido un 8% del pasaje pese a que la renovación de la vía ha permitido ganar en comodidad y ha recortado algo los tiempos. La competencia de la autovía Mudéjar, inaugurada para la Expo, explica en parte el retroceso, ya que ahora es mucho más rápido ir en automóvil, y hasta se ha reforzado los servicios de autobuses a Valencia. No obstante, transportan al triple de viajeros que en el corredor altoragonés.

Un arreglo a medias para Teruel

Expertos ferroviarios apuntaron que al nuevo material que se estrenará en septiembre, los flamantes CAF de la serie 599, tampoco servirá para hacer más competitivo al ferrocarril. Este tren no podrá correr mucho más que los actuales por la existencia de dos puertos, los de Paniza y Cuencabuena, aunque sí se ganará en comodidad. "Si verdaderamente quieren mejorar el servicio deberían traer los 598, los que se plantearon traer en su día, que son casi igual de modernos pero con la ventaja de ser basculantes. Esto supone que pueden circular a más velocidad en las curvas, por lo que se recortaría el viaje", explicaron.

 

La única línea que no arroja números rojos es la que enlaza la capital aragonesa con Monzón y Lérida. Si en el primer semestre de 2008 transportó a casi 34.000 personas, este año ha llevado a 36.558. En este caso, los usuarios siguen siendo fieles al ferrocarril pese a que sufren el material más viejo que tiene Renfe, trenes de Cercanías retirados ya de Barcelona.

Despreocupación política

El coordinador del sector ferroviario de CGT en Aragón, Julián Moratalla, señaló que la responsabilidad de esta situación es extensible a la DGA. "No solo en un problema de que Renfe envíe material viejo y que ADIF no mantenga en condiciones las estaciones, sino que el Gobierno aragonés firma convenios para subvencionar los regionales y luego no reclama su cumplimiento. No exige nada, por lo que debería ir haciéndolo", reclamó.

 

Desde CC. OO. se hizo hincapié en el cierre masivo de estaciones, en la falta de personal para atender a los clientes y en el deficiente material que se asigna a los servicios regionales. "El problema es que en Aragón aceptamos todo, tragamos con todo", remarcaron.