Día Mundial del Síndrome de Down

"Me gusta hacer de todo un poco y el contacto con la gente"

Alba Gracia, de 27 años y con síndrome de Down, realiza prácticas como conserje desde hace dos meses.

Alba García y Jorge Navarro
?Me gusta hacer de todo un poco y el contacto con la gente?
J. S.

Hoy es 21 de marzo, Día Mundial del Síndrome de Down y Alba Gracia, una de las dos conserjes en prácticas, junto a Laura Pérez, del Espacio Ibercaja Castillo de MonteRagón de Huesca, lo va a pasar, en parte, trabajando. Estará junto a ella, como apoyo a la largo de la jornada laboral, Jorge Navarro, diplomado en Trabajo Social de la Asociación Down y con el que Alba ha realizado el curso de auxiliar de consejería previo a estas prácticas laborales. "Me gusta hacer de todo un poco, coger el teléfono, llevar los coleccionables al almacén", explica Alba, quien asegura además, ser "educada y simpática" con todos los usuarios el centro.


"El contacto con la gente le gusta muchísimo, es un poco la relaciones públicas de aquí", añade Jorge, "además, también se le da muy bien manejar el ordenador". Pronto van a completar los dos meses del periodo de prácticas. Jorge asegura como, al principio, Alba necesitaba más apoyo por su parte. Ahora en cambio, realiza la mayor parte del trabajo diario por sí misma. "Yo poco a poco me he ido retirando para que realice las tareas ella sola. Ha asimilado muy bien todas las pautas que le he ido marcando. Por ejemplo, a la hora de hacer fotocopias, sabe perfectamente cuáles son los botones que tiene que apretar", relata el trabajador social.


Esta no es, sin embargo, la primea aventura laboral que emprende Alba. También ha trabajado en una empresa de repostería y como auxiliar administrativa para la Asociación Down. Ya sabe, por lo tanto, qué significa relacionarse con unos compañeros de trabajo y un jefe y tanto con sus actuales compañeras, como con su superior más cercana, dice sentirse muy a gusto. "María Luisa (María Luisa Mañas, directora del centro social de Ibercaja) es muy buena conmigo y me enseña muchas cosas. Y con mis compañeras me llevo muy bien. Son muy buenas conmigo", asegura Alba.


Alba tiene además con compañeros dentro de la Asociación Down que están trabajando en el campus universitario de Huesca, en la tienda que la firma Decathlon tiene en la autovía a Zaragoza o en la cafetería del Hospital Santo Cristo de los Milagros. Cuenta también con una amiga que ha trabado recientemente para la firma de repostería Dulcysa y como asegura, "están todos muy contentos con sus trabajos. Les va muy bien". "Alba es muy activa, no ha dejado de formarse. En cuanto le han ofrecido prácticas, siempre ha estado dispuesta. Por eso, si se le presentara la oportunidad de un contrato, la aprovecharía sin duda", añade Jorge, quien hace hincapié además en la importancia de la formación dada la difícil situación económica actual.


"Reivindican lo mismo que el resto de jóvenes"


Alba pertenece así a una de las 160 familias que forman la Asociación Down en la provincia de Huesca y que hoy celebrará su Día Mundial con la lectura de un manifiesto a las 17.00. El sábado a las 21.00 habrá además un concierto en el Palacio de Congresos de Barbastro a cargo la orquesta de cámara del Ampurdán, cuyos beneficios irán destinados a la asociación oscense. "Como todos los jóvenes, lo que reivindican nuestros asociados es un trabajo, un piso, un ocio y una vida lo más normalizada posible. Aunque lo mejor es escucharlo de su propia voz. Saber cómo lo ven ellos, cómo lo viven", asegura Nieves Doz, presidenta de la Asociación Down, entidad que cumple este año su 21 aniversario.


Además del programa formativo y de empleo en el que participa Alba, desde la asociación realiza también un programa de atención temprana para niños de hasta 6 años de edad, disponen de un taller ocupacional para adultos, programas de ocio y tiempo libre, salud, comunicación, lectura y poesía y también se organizan campamentos en verano. Económicamente, dependen de las cuotas de los socios, además de las subvenciones de entidades públicas y privadas. "Ojala que sean cada vez más las empresas que se decidieran a firmar un contrato", añade Doz, "ya que no se trata tanto de integrar a unas personas que tienen una discapacidad, sino de que puedan mostrar a la sociedad todas las capacidades que ellos tienen".