Dan por muerto a Goiat, pero detectan rastros de seis osos más en el Pirineo aragonés

El informe de la Red Oso Pardo de 2023 lo incluye entre los últimos 7 ejemplares "extintos" en la cordillera al no detectar indicios suyos en dos años. Aun así, la población de la especie sigue creciendo.

Captura de Goiat en 2018 para cambiar las baterías del collar GPS, que perdió el pasado octubre en la Ribagorza aragonesa.
Captura de Goiat en 2018 para cambiar las baterías del collar GPS, que perdió luego en la Ribagorza aragonesa.
Consejo General del Valle de Arán

Los expertos de la Red Oso Pardo -integrada por Francia, Andorra, Aragón, Navarra y Cataluña- dan por muerto a Goiat, el ejemplar más temido de los últimos años por su afán depredador y que hizo saltar las alarmas por sus numerosos ataques a ganado en las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza. Ello hizo que se movilizaran a los ganaderos y que incluso el Gobierno de Aragón llegara a solicitar su retirada a la Generalitat, que lo había liberado en 2016.

El informe de 2023 sobre la presencia de osos en el Pirineo concluye que Goiat es uno de los 7 ejemplares "extintos" después de no haber detectado ningún indicio de su presencia ni en España ni en Francia desde el 25 de abril de 2022, unos días después de que atacar a un rebaño en Gistaín.

"Un macho adulto como él, normalmente muy activo, difícilmente puede pasar desaparecido durante más de un año", subrayan. Y es que para que se considere muerto, tienen que pasar más de dos años sin saber nada de él.

"Hay muchos más Goiats, no se acaba el problema"

José Serveto, alcalde de Plan y ganadero, recogió posibles rastros de Goiat en más de una ocasión y pese a que le den ahora por fallecido, no se muestra tranquilo "porque hay muchos más Goiats con lo que por que desaparezca uno, no se acaba el problema", recalca. Por ello, sigue exigiendo que controlen a los osos para evitar ataques al ganado. "Porque si no, vives con el miedo de encontrarte muertos a los animales que has estado trabajando todo el año para sacarlos adelante", afirma.

El estudio analiza la distribución geográfica de la especie y su tendencia demográfica y revela un incremento de osos en la cordillera pirenaica hasta 83 ejemplares (26 hembras y 17 machos adultos, 17 machos subadultos, 7 hembras subadultas y 16 cachorros), que se distribuyen por un área de 71.000 kilómetros cuadrados, 1.700 más que en 2022.

En Aragón, se recogieron 82 indicios de presencia de osos entre huellas (6), vello (22), foto y vídeos automáticos (42), excrementos (1), observaciones visuales (3) y otras pistas (3). Se distribuyeron entre dos zonas principales. En la oriental, el macho Canelito y la hembra Douillous fueron identificados varias veces en primavera en el valle de Benasque. Del primero también se recogieron indicios en el valle de Gistaín. Y en la occidental, la osa Claverina ya no está sola porque también fueron visto varias veces en los valles de Ansó y Hecho los machos subadultos Larry y Bious (probablemente), además de Neré. Este fue detectado en el período de celo (se tomó una foto automática el 30 de abril de 2023), "lo que permite prever una camada en 2024". Los ataques a ganado doméstico disminuyeron notablemente el año pasado, pasando de 11 a solo cinco.

La población aragonesa de osos es muy inferior a la de Cataluña (41), donde hubo 16 ataques a ganado y 19 a colmenas. En Navarra, la osa Claverina y los machos subadulto Berói y Larry (posiblemente) también fueron detectados varias veces en el sector de Isaba, cerca del límite con Aragón.

Mientras, en los Pirineos franceses se registraron 349 ataques a ganado, un 5% más. Y en Andorra, se registraron 11 señales de oso, incluidas las primeras imágenes de vídeo tomadas en el Principado.

Solo dos ataques a personas desde 1996

El informe indica que entre 1996 y 2022 se validaron 1.130 observaciones visuales de osos solo en los Pirineos franceses, el 62% entre mayo y agosto. Al detectar a una persona, el 58% huyeron, el 26% se movieron sin correr, el 11% se mostraron indiferentes, el 3% se quedaron vigilantes y solo el 2% expresaron agresividad (gruñidos, intimidación...). Solo hubo dos ataques físicos con mordeduras no mortales, ambos de osas que iban con cachorros y fueron sorprendidas por una batida de caza mayor con perros. 

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