Los ciervos de la Ciudadela "debían ser los que llenaran los bosques de la Jacetania"
Se conmemora el 50 aniversario de la llegada de los ciervos a la Ciudadela de Jaca.
Hace exactamente 50 años que los ciervos llegaron al foso de la Ciudadela de Jaca y desde entonces se han convertido en todo un emblema de la ciudad. Entonces pocos se imaginaban que esa idea perduraría tanto tiempo y que además tendría tanto éxito. Fernando Luis Rodríguez tuvo la idea y este martes ha vuelto a Jaca para rememorarlo. “Fue una inspiración”, reconoce. A base de dar paseos alrededor de la Ciudadela y ver el foso “tan grande, vacío y con esa hierba buena” pensó que ahí podían vivir ciervos y que al mismo tiempo en ese lugar se podían recuperar, ya que “casi habían desaparecido en la Comarca de la Jacetania y otras áreas de Aragón”, recuerda. También influyó que el castillo tuviera forma hexagonal, de manera que los animales “iban a tener mucho espacio donde refugiarse, huir o juntarse, según les convenga”.
Y es que los ciervos “debían de ser los que llenaran los bosques para que la gente pudiera disfrutar de ellos y sirviera para que los niños aprendan de la naturaleza en vivo, al tenerlos tan cerca en el foso”, señala. Esa idea se sigue manteniendo y desarrollando en la actualidad con Ecociudadela, un programa que aglutina una parte medioambiental, turística y también social, de concienciación de la necesidad de preservar y cuidar el medio ambiente.
Fernando ve ahora este proyecto con mucha emoción, ya que “han pasado 50 años y aquella idea que tuve, pensando en unir a instituciones tan diferentes como el Ejército, el Ayuntamiento, Icona y un centro de investigación que representaba en ese momento, ahora siga adelante”. Era una idea “bonita y fructífera y lo sorprendente fue que todos los mandos aceptaron esa idea”. La continuidad ha sido gracias a “otra gente que ha creído en el proyecto año tras año”, asegura.
Fernando Luis Rodríguez es biólogo, naturalista y ha viajado por todo el mundo, pero en ningún otro lugar ha visto algo parecido a esto. “Es un caso único y original, porque no lo he visto en ningún otro lugar del mundo”, señala. Y desde el primer momento pensó que el foso era un buen entorno para los ciervos. “Es mejor que un zoológico, porque suelen ser más pequeños y aquí tienen la posibilidad de huir si lo necesitan, o acercarse, y es lo que pensé desde el primer momento”, recuerda. Y ha sido “todo un éxito”.
No estuvo presente el día en el que llegaron los ciervos a la ciudadela, el 19 de marzo de 1974. Pero aún con todo, para él fue toda una satisfacción y lo sigue siendo. “Lo importante es hacer las cosas, luego otros continúan. Es dejar la semilla plantada y otros han cultivado y han hecho lo que tenían que hacer para que fructificara. Y estoy muy agradecido a toda esa gente”, insiste.
La Ciudadela de Jaca ha celebrado este martes 19 de marzo una mesa redonda como acto central de la celebración del 50 aniversario de la llegada de los ciervos al foso del castillo, titulada ‘Turismo sostenible, pasado, presente y futuro’, en la que han participado Roberto Banzo, responsable del proyecto Ecociudadela; Federico Fillat, doctor ingeniero agrónomo e investigador; y Fernando Rodríguez, naturalista y documentalista. La ha moderado María Jesús Gimeno, Gerente de Turismo de Aragón. Precisamente Federico Fillat ha recibido el primer premio Ecociudadela 2024, por su labor como investigador y por toda una vida dedicada al estudio, fomento y cuidado del medio ambiente a través de la agricultura y ganadería. Y el premio honorífico ha sido para Fernando Rodríguez, por su labor como naturalista y toda una vida dedicada a la divulgación y conocimiento del medio natural a través de más de 600 documentales de gran éxito (entre ellos ‘El hombre y la tierra’).
Monumento a la naturaleza
Los ciervos no fueron la única idea de Fernando Rodríguez para Jaca. También diseñó el monumento a la naturaleza o la conocida como plaza de los ciervos (frente al Palacio de Congresos). Hace 52 años que se inauguró y aprovechando su presencia en la capital jacetana, el Ayuntamiento le ha querido rendir un homenaje. En este acto Rodríguez ha explicado que la diseñó “estando de mal humor y sin ganas de trabajar”, en el centro pirenaico de investigación. “Cogí papel de estraza y dibujé con carboncillo lo que podía ser el monumento a la naturaleza”. Lo enseñó a sus compañeros del centro “y fue aclamado por todos, que dijeron que la idea era una maravilla”, recuerda.
Así que se lo llevó al entonces alcalde de Jaca, Armando Abadía. “Y esa misma mañana lo presentó y fue aprobado por unanimidad por los ediles del consistorio”, explica. Luego había que buscar un sitio y seguir trabajando. El fundido se hizo en Madrid y al cabo de meses “los sarrios estaban en Jaca”. Buscó piedras por el Pirineo que coincidieran con las que había dibujado y las encontró camino de las Blancas. “Se hizo con mucha ilusión y trabajo”, pero no le ha gustado que haya tanta vegetación y no se vea el monumento en todo su esplendor, algo de lo que ha tomado nota el alcalde, Carlos Serrano, que le ha entregado como recuerdo un Sueldo Jaqués.
