Las brigadas de Medio Ambiente y los Bomberos han empezado este martes a talar los pinos dañados en el Parque Miguel Servet de Huesca tras la caída, el pasado jueves, de un ejemplar de gran porte en la zona de coníferas situada junto a las escaleras de Santo Grial. Son los árboles dañados por dicho derrumbe. Finalmente, serán seis los que se van a talarse, tras la comprobaciones de los técnicos.

Las labores de apeo se prolongarán varios días, ya que hay que hay que cortar primero las ramas más altas. El pino que se desplomó había alcanzado una altura de 26 metros y tenía un perímetro de 172 centímetros y los que van a talarse son de tamaño similar.  La zona, entre las calles del Parque y San Jorge, se ha balizado para impedir el acceso de los transeúntes. No obstante, muchas personas han seguido el desarrollo de los trabajos y han hecho fotografías y grabado vídeos.  

Tras revisar la arboleda, los técnicos de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Huesca concluyeron que era necesario sustituir los ejemplaren existentes por otros de diferente especie. "La forma en la que se plantó este sector (en 1934), la altura y densidad alcanzada en las copas y las actuaciones de aclareo en los últimos años para evitar caídas, hacen necesario planificar actuaciones de sustitución progresiva de árboles", informó el concejal responsable del área, José Miguel Veintemilla.

Al mismo tiempo, se comunicó que hay que estudiar con detenimiento las intervenciones que se deben realizar en esta zona con el objetivo de asegurarla a corto plazo como y prever el futuro de esta importante masa arbórea de la ciudad. Los pinos de gran porte, que cuentan con más de 90 años, funcionan como un todo y suponen un importante elemento regulador de la temperatura.

En principio, se dijo que había que talar cinco pinos. Uno de ellos está situado junto al que cayó. Otros cuatro había sido alcanzados por el ejemplar que se derrumbó. Al final, se ha determinado que era conveniente apear uno más.