La Ciudadela de Jaca celebra este año el 50 aniversario de la llegada de los ciervos al foso

La manada vive en semilibertad y en la actualidad está formada por 24 animales.

Los ciervos Ciudadela, Aran y Ada con Roberto Banzo, de Asceal, y el coronel Joaquín Moreno, director de la Ciudadela.
Los ciervos Ciudadela, Aran y Ada con Roberto Banzo, de Asceal, y el coronel Joaquín Moreno, director de la Ciudadela.
Laura Zamboraín

Los ciervos de la Ciudadela de Jaca se han convertido en todo un emblema de esta fortificación militar e incluso de la propia ciudad y acudir a los glacis para verlos en el foso es casi una visita obligada para visitantes y para los propios jacetanos. La manada vive en semilibertad y en la actualidad está formada por 24 animales.

Llegaron hace 50 años y el aniversario se celebrará con distintos actos. Entonces el proyecto fue pionero, y lo sigue siendo, ya que gracias a actividades como Ecociudadela se puede socializar y tener contacto con los ciervos, algo que a nivel mundial solo se hace en Japón y en Jaca. El 19 de marzo de 1974 un macho y dos hembras se soltaron en el foso

El origen fue un proyecto de recuperación de especies, ya que había desaparecido el ciervo ibérico en el entorno de la Jacetania y se decidió buscar un espacio para que se pudieran reproducir y, después, soltarlos en el medio natural. 

Esa filosofía sigue 50 años después porque el proyecto se mantiene. A ese objetivo se ha añadido otro social, con actividades que giran en torno a estos animales y que incluyen terapias para personas con trastorno de espectro autista (TEA) y niños menores de 3 años con discapacidad intelectual en atención temprana. 

"Buscaban un sitio y al ver que el foso de la Ciudadela era circular, porque de esta forma los animales nunca llegan a un final, los trajeron", explica Roberto Banzo, responsable de Asceal, Centro de Terapias Asistidas con Animales, que lleva a cabo en el castillo de San Pedro varias iniciativas. Es también uno de los cuidadores de los ciervos. 

Desde Puerta del Hierro

Los animales llegaron de Puerta del Hierro (Madrid) gracias al Ejército, el Ayuntamiento de Jaca e Icona. "El objetivo era soltar todo lo que fuera posible", añade Banzo. Los ejemplares que entran de fuera y se recuperan, en cuanto están bien, se van. Los que nacen en el foso, cuando cumplen tres años se sueltan.

Lo importante es que durante 50 años el espíritu inicial de ese proyecto que era recuperar una especie no se ha perdido nunca. Las ‘abuelas’ de hoy tienen 24 y 21 años, y en la naturaleza "no pasarían de 13". Los machos duran algo menos, por desgaste, pero también tienen una esperanza de vida alta. Cada año nacen "los que quieren nacer". Este año fueron 4 y el pasado 8. Y la manada se comporta igual que en el campo, con la suerte de que se pueden ver de cerca. No se hace nada que pueda intervenir en su "marcha normal".

Ciudadela, Aran y Ada no habrían sobrevivido de no haber llegado a la Ciudadela. Con estos la gente puede socializar, dentro del programa medioambiental Ecociudadela. "Les damos biberón, los sacamos adelante, pero están dentro de la manada para que no pierdan nunca el espíritu de ciervo, por lo tanto no están domesticados ni amaestrados, que eso para nosotros es fundamental", aclara Banzo. Simplemente están socializados, es decir, dejan que las personas estén al lado y "vienen porque les apetece, cuando no, se van. No hacen caso a lo que decimos, ni hemos modificado su carácter".

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